La paciencia es la capacidad que nos va a permitir tolerar una determinada situación sin perder la calma ni alterarnos.
Hay padres que de forma innata ya la poseen y otros que bien por falta de tiempo o porque son más impulsivos les cuesta adquirir y quieren que determinados comportamientos se produzcan de forma inmediata o lo que consideran un tiempo prudencial para que se produzcan.
Sin embargo, cuando hablamos del desarrollo de los niños, muchas de las cosas que queremos no van al ritmo que nos gustaría. En ese momento, tener paciencia es una cualidad que nos ayudará a resolver los problemas que surgen en el día a día.
La paciencia no sólo basta con tenerla, también es importante ejercitarla, sobretodo en aquellos momentos en los que está a prueba bien porque nuestros hijos tardan más que otros en desarrollar una conducta, bien porque sentimos que no nos obedecen o que nos ignoran deliberadamente.
Te ofrecemos aquí unos consejos para conseguir mejorar tu paciencia en aquellos momentos más críticos.
Durante el día ¿cuántas veces te obedeció? Igual resulta que en el único momento en que no lo hace es en una situación concreta como cuando le toca hacer los deberes ¿Y eso va a arruinar tú día? Respira y piénsalo bien.
Si estás en una discusión y sientes que vas a perder la paciencia, habla con tu pareja para que sea la otra persona la que siga con lo que le estabas pidiendo.
No se trata de pasar un día entero de vacaciones, sino de dedicarte unos minutos al día o incluso en el fin de semana que te permitan desconectar de ese estrés en el que te encuentras sumido.
Piensa que tu hijo no tiene la culpa de que tengas que terminar un proyecto o que se haya estropeado la lavadora. ¿no se merece la mejor de tus sonrisas? Pues sólo sucederá si tu te cuidas y no permites que otras cosas te consuman.