¿Qué es la celulitis? El significado de este término es para los médicos muy distinto para el acervo popular, pues la gente suele entender la celulitis como un motivo de preocupación meramente estético, y muy dependiente de la época (recordemos aquellas Venus del pintor Rubens, tan generosas de materia corporal).
Los médicos entendemos por celulitis otra cosa. Para nosotros, es la infección del tejido celular subcutáneo, que es la grasa que todos tenemos bajo la piel. Quedémonos con ese concepto: es una infección cutánea. Y sí, también se puede producir en los niños.
Causas y signos de la celulitis en la infancia
Los gérmenes que la producen con mayor frecuencia son tres bacterias: S. aureus, S. pyogenes y H. influenzae.
Desde un punto de vista clínico, observaremos los signos clásicos de cualquier inflamación: Dolor, abultamiento, calor y enrojecimiento de la zona afectada.
Lo que podréis apreciar es una placa, de bordes más o menos bien delimitados. Además, suele haber fiebre. Su localización más frecuente es la cara, las extremidades y la región anexa a una herida. Esto último es lo que llamamos ‘puerta de entrada’, pues por esa solución de continuidad de la piel aprovechan para colarse los gérmenes hacia la grasa del interior.
Diagnóstico y tratamiento de la celulitis en los niños
El diagnóstico se puede hacer perfectamente por la clínica, sin más. En casos graves solemos pedir un hemograma, en el que veremos un aumento de los glóbulos blancos, y algún marcador inflamatorio (proteína C reactiva, velocidad de sedimentación, etc.)
Para tratar una celulitis, hemos de tener en cuenta dos hechos: la localización y el estado general del niño. Hay determinadas localizaciones especialmente delicadas: el ojo y el suelo de la boca. En esos casos, ingresaremos al paciente para administrarle antibióticos por vía intravenosa.
Si el niño tiene mal estado general, nuestra opción será también el ingreso. En el resto de los casos, podemos decantarnos por la administración de antibióticos por vía oral.
