Los problemas de los pies en niños más comunes y cómo tratarlos

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Pies planos, piernas torcidas o pie cavo son algunas de estas anomalías que presentan los pequeños.

Todos los pediatras hemos escuchado a mamás o papás preocupados que llegan a consulta con frases como ‘Creo que mi hijo tiene pies planos’ o ‘Mi hijo camina con las piernas arqueadas’, y es que las alteraciones en los pies de los niños son más comunes de lo que nos pensamos, por ello te invito a que me acompañes en este artículo para tener una idea de cómo identificar las patologías de los problemas en los pies de los niños más frecuentes. 

5 tipos de anomalías en los pies de los niños 

Los pies es una de las partes más importantes del cuerpo: nos permiten caminar, saltar, correr y realizar todas las actividades cotidianas. Caminar diferente puede traducir alguna alteración ortopédica, por eso como padres tenemos que observar desde que nuestro pequeño da los primeros pasos cómo es su desarrollo y, ante cualquier cosa que veamos raro, acudir a un especialista para intentar prevenir males mayores. ¿Quieres saber los tipo de deformidades en los pies que hay y cuáles son más frecuente en la edad infantil? 

1. Pie plano
Consiste en la pérdida del arco natural de la planta del pie. El arco longitudinal del pie se desarrolla de forma progresiva los primeros años de vida, alcanzando su máxima altura hacia la adolescencia. Durante los 2-3 primeros años de vida, el pie del niño tiene una apariencia de pie plano, debido a la gran elasticidad y presencia de tejido graso. A partir de los 5 años el arco ya es aparente y seguirá aumentando de forma progresiva. De hecho, hasta un 20% de la población no llega nunca a desarrollar un arco longitudinal claro y presenta durante toda la vida unos pies planos flexibles indoloros y funcionales, considerándose como normal.

Se ha demostrado que el uso de calzado es un factor que predispone a la no formación del arco del pie, por eso se recomienda que los niños vayan descalzos la mayoría del tiempo, ya que favorece el desarrollo de la musculatura del pie, a diferencia del uso de calzado rígido que, por el contrario, interfiere con la formación de dicha musculatura, por lo cual se aconseja usar calzado flexible.

Existen dos tipos de pie plano, el pie plano flexible y el pie plano rígido. El primero se caracteriza por ser un pie con una estructura ósea normal y gran flexibilidad en sus articulaciones. Es el más frecuente en los niños, y se considera variante normal, que no ocasiona malestares, ni dolor y que se corrige de manera espontánea.

El pie plano rígido, en cambio, se caracteriza porque existen uniones anómalas entre los huesos del pie, provocando deformidad del arco y desviación hacia afuera del talón.

El pie plano flexible no requiere tratamiento, ya que evoluciona de manera espontánea; en el caso del pie plano rígido si ocasiona molestias, se indica rehabilitación y, en el caso de dolor o esguinces constantes que no mejoren con la rehabilitación, se puede plantear la cirugía.

2. Pies torcidos hacia adentro o pie equinovaro
El pie equinovaro, también llamado pie zambo, es un defecto de nacimiento que hace que el pie del bebé se voltee hacia adentro o hacia abajo, en punta (equino) y con la planta girada hacia adentro (varo). No se sabe cuál es su causa, pero hay diferentes teorías que tratan de explicar por qué ocurre: por herencia, por factor mecánico (poco espacio para el feto durante el embarazo), detención del crecimiento del pie durante el embarazo, y en ocasiones, acompaña otras enfermedades genéticas.

El diagnóstico puede hacerse desde la semana 20 de gestación. Al nacer es evidente la deformidad, hacia adentro y en punta, y puede ocurrir en uno o en ambos pies.

Una vez diagnosticado, el tratamiento debe realizarse de inmediato, los primeros días de vida, ya que a esta edad los huesos de los pies son moldeables y con gran capacidad de remodelación. Se realiza a través de  la colocación semanal de yesos correctivos, la llamada técnica de Ponseti, para ir moldeando el pie. Como la deformidad tiene gran tendencia a reproducirse, al culminar con los yesos correctivos se colocan unas férulas, que es un aparato tipo bota que permite mantener los pies en la posición correcta. Los resultados son buenos, sin secuelas de cojera o limitación funcional.

3. Pie talo o talo-valgo
Es una deformidad del pie en la que el recién nacido presenta los pies doblados hacia arriba, de tal manera que el pie puede tocar la parte antero-inferior de la pierna (Pie Talo). Si además de esto, la deformidad incluye desviación del talón hacia afuera, le llamamos pie talo-valgo.

Es una deformidad del pie que se produce debido a la postura del feto dentro del útero, muy común cuando hay poco líquido amniótico (oligoamnios) o cuando el feto es muy grande o viene en presentación de pies o nalgas; los recién nacidos que presentan este tipo de deformidad se debe investigar una posible luxación congénita de caderas, ya que suele verse en este tipo de pacientes, por lo que deben ser evaluados muy minuciosamente.

Generalmente el pie talo o talo valgo, se corrige de manera espontánea, aunque hay casos en los que se puede recomendar la colocación de férulas correctivas.

4. Piernas arqueadas y piernas en X 
Cuando los niños empiezan a caminar es común que adopten una posición en las piernas conocida como Genu Varo o piernas arqueadas (generalmente ocurre entre el primer y el segundo año de vida). Es una situación en la que estando los tobillos juntos, las piernas están separadas entre sí, formando un arqueamiento hacia fuera, como forma de paréntesis.

Por otro lado, las piernas arqueadas o en X se caracterizan porque el niño teniendo las rodillas juntas, sus tobillos están separados. Ambas situaciones son normales, se resuelven de manera espontánea, sin tratamiento y solo se debe sospechar de enfermedad cuando:

– La curvatura es extrema.

– Se mantiene o empeora las piernas arqueadas luego de los 2 años de edad.

– Afecta a una sola pierna.

– Las rodillas siguen juntas después de los 7-8 años.

– La distancia entre los cóndilos femorales es mayor a 3 centímetros.

De presentar lo anterior descrito, el niño debe ser evaluado por un traumatólogo-ortopedista, quien realizará exploración de las extremidades y dará un diagnóstico y, a través de distintas pruebas, descartar cualquier otra enfermedad en específico.

5. Pie cavo infantil
Se conoce como el ‘aumento del arco interno’ del pie. No se sabe cuál es la causa que lo produce, pero sí existen ciertas enfermedades asociadas al pie cavo, como espina bífida o distrofia muscular. El niño con pie cavo se adapta sin dificultad al calzado y a la actividad física, habitualmente sin dolor ni limitaciones al movimiento, pero con el tiempo, en la adolescencia, los tejidos y las articulaciones pueden volverse más rígidos y, en algunos casos, producir dolor, limitaciones en la actividad, inestabilidad o esguinces a repetición.

Sí es cierto que el pie cavo no requiere tratamiento específico, a menos que durante la adolescencia se asocie a dolor con dificultad para el calzado, en cuyo caso se indica un calzado cómodo, uso de plantillas o rehabilitación física. En casos excepcionales, si el dolor es limitante o causa inestabildad o esguinces de manera repetitiva puede plantearse la cirugía.

Guía Infantil | Meybol Lorena Ramírez

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