Mitos y realidades del embarazo

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¿Me puedo teñir el pelo? ¿Es malo seguir haciendo ejercicio? ¿Tengo que hacerle caso a los antojos? A continuación, qué hay de cierto y cuáles son los mitos relacionados al embarazo.

No importa la edad ni la condición social. Los mitos en torno al embarazo son casi una “herencia de familia” y las madres primerizas son quienes están más susceptibles al amplio surtido de consejos que entregan mamás, abuelitas, e incluso, algunas publicaciones. Pese a que algunos pueden haber nacido con cierto asidero científico, otros sólo contribuyen a angustiar a las nuevas madres.

  • Hay que satisfacer los antojos porque indican que el organismo está carente de algún nutriente importante:
    Los antojos son bastante comunes y pueden presentarse en hasta el 80% de las embarazadas, pudiendo ser dulces, salados o ácidos. Su origen no está claro y no representan ninguna señal de carencia o necesidad de ciertos nutrientes. Sí se pueden comer con moderación, en forma ocasional, siempre y cuando no perjudiquen el buen desarrollo del embarazo.

  • Es preferible no teñirse el pelo:
    Lo ideal durante el embarazo es usar tinturas en base a henna y evitar las que contienen amoniaco y oxidantes, sobre todo durante los tres primeros meses. Por otra parte, no son aconsejables las decoloraciones ni las permanentes, ya que pueden provocar reacciones alérgicas en el cuero cabelludo (debido a que la piel en general está mas sensible). Sí se recomiendan durante esta etapa los masajes porque aumentan la irrigación y mejoran la vitalidad del pelo.

  • Se deben evitar las relaciones sexuales:
    Las relaciones sexuales se pueden mantener durante el embarazo, siempre y cuando no exista una contraindicación por parte del médico. Muchas embarazadas incluso sienten un aumento en su deseo sexual, e incluso, disfrutan más que en el período habitual. En otras, en cambio, disminuye considerablemente su líbido. Cada situación se debe conversar y analizar en conjunto con la pareja. Muchas veces vemos que son los maridos quienes no desean tener relaciones por miedo a dañar al bebé, pero la verdad es que en circunstancias normales, no es así.

  • Cada hijo cuesta un diente.
    Esta afirmación viene de la creencia de que el embarazo producía una descalcificación de los dientes de la madre, ya que el bebé supuestamente sacaba de ahí el calcio necesario para su desarrollo. Esto está lejos de la realidad. Lo que sí es recomendable es realizar al menos una visita al dentista durante el embarazo y descartar la presencia de gingivitis o inflamación de las encías, cuando se presenta sangrado de éstas.

  • Lo mejor es no hacer ejercicio durante el embarazo.
    Absolutamente falso. Siempre es recomendable realizar ejercicio durante el período de gestación, salvo que estén prohibidos por el médico. Mejoran la musculatura, disminuyen los dolores lumbares, favorecen el descanso nocturno y permiten un buen control del peso corporal. Los ejercicios más recomendados son la hidrogimnasia (buen ejercicio aeróbico con bajo impacto en las articulaciones), yoga y Pilates para embarazadas; o bien, simplemente salir a caminar. De todas formas, hay que hacer hincapié que este periodo no es el propicio para empezar con ejercicios de alto impacto que no se hayan practicado antes.

  • Hay que evitar las piscinas.
    No hay riesgo de infecciones vaginales durante la actividad que se realiza en las piscinas, sea ésta recreativa o de ejercicio. El tapón mucoso del cuello del útero y el mismo ambiente de la vagina impiden que se produzcan infecciones que puedan perjudicar al bebé.

  • Durante el embarazo se debe comer por dos.
    Es uno de los peores mitos del embarazo, porque es habitual que quienes están en el entorno de la embarazada traten de que ésta coma más, lo cual puede ocasionar sobrepeso y, como consecuencia, el desarrollo de patologías como diabetes gestacional. Los kilos que deba subir la embarazada van en relación al peso con el que se inicia el embarazo. Se requiere la asesoría del médico, y en ciertos casos, del nutriólogo o la nutricionista.

  • Si el parto de una mujer fue difícil, puede que el de su hija también lo sea.
    No significa que el parto será difícil o por cesárea si la madre de la embarazada lo tuvo, pues cada caso y cada mujer es diferente, y cada embarazo es único. Sí es importante saber si la madre tuvo alguna patología que pudiese presentarse en el embarazo actual, como colestasia, alteración hepática cada vez menos frecuente.

  • Es mejor no tomar mucha agua para no retener líquido.
    Al contrario, siempre es importante la ingesta de líquidos durante el embarazo y más aún después del parto, para ayudar a la producción de leche durante el período de lactancia. Si bien durante la gestación se puede evidenciar cierta retención que se manifiesta con hinchazón de pies, piernas y manos no tiene relación con la elevada ingesta de agua.

Algunas verdades

Aparecen manchas en la piel: Pueden aparecer en pómulos, frente y labio superior y se denominan cloasmas. Se deben principalmente a la acción de las hormonas que estimulan la producción de melanina, que es el pigmento que da el color oscuro de la piel. También se aprecian en la areola del pezón y como una línea oscura que asciende desde el pubis al ombligo. Estas manchas desaparecen después del parto, aunque pueden tardar unos meses. Cabe destacar que la exposición al sol favorece su aparición, por lo que el uso de bloqueadores, sombreros y anteojos de sol ayudan a prevenirlas.

No se debe comer carnes crudas: Las carnes crudas o mal cocidas pueden trasmitir enfermedades letales para el bebé, como la listeriosis o hepatitis. Es fundamental recalcar que ceviches, carpaccios, sushis y carnes ahumadas se deben evitar durante todo el embarazo, así como la comida chatarra o de dudosa manipulación.

No se puede ingerir cualquier medicamento: Es de suma importancia saber que un medicamento que se usaba en forma regular antes del embarazo, puede ser perjudicial para el bebé si se sigue tomando sin consultar al médico. Será él quien autorice el uso de remedios para el manejo de dolor, resfríos u otros; de esa forma se puede estar seguro de que su ingesta será segura para el bebé.

Algunas mujeres sufren dolores de espalda, hemorroides y/o insomnio: Desafortunadamente el dolor de espalda es frecuente debido a los cambios anatómicos de la columna. Éstos se pueden prevenir con ejercicios y manejar con kinesioterapia. Los hemorroides, por su parte, están asociados a la estitiquez y la presión que ejerce el útero sobre las venas rectales. Es importante procurar una buena digestión y favorecer las deposiciones diarias, para prevenir su aparición. El insomnio es un síntoma común que aparece al final del embarazo, pues los cambios anatómicos del abdomen dificultan la postura para dormir, impidiendo en ocasiones un sueño continuo. Lo recomendable es evitar un alza de peso excesiva, realizar ejercicios físicos y no comer a última hora del día.

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