Las llagas o aftas son lesiones que se manifiestan a través de pequeñas úlceras superficiales bastante dolorosas al tacto. En ocasiones pueden aparecer individualmente o en conjunto y se manifiestan principalmente en la cara interna de las mejillas, los bordes de la lengua, revestimiento de los labios o la muscosa de las encías.
Una de las principales causas de la aparición de estas úlceras es la hipersensibilidad a las bacterias por una enfermedades adquiridas, falta de hierro o deficiencia de vitamina B12 o ácido fólico. Cuando aparecen por primera vez, pueden estar acompañadas de fiebre entre los 39° y los 40° o un poco más.
¿Cómo tratar y prevenir las aftas bucales?
En el 80% de los casos, las aparición de estas llagas es inofesiva y no supone un riesgo para la salud del niño. Sin embargo, si aparecen con frecuencia, sí es necesario acudir con un especialista para determinar qué es lo que está pasando.
No hay un tratamiento específico para las aftas, ya que suelen desaparecer un par de días después de haberse formado en la boca. Hay algunos productos tópicos de fácil acceso que pueden reducir las molestias y acelerar la curación.
Reducir el dolor con analgésicos: Los más comunes suelen ser ibuprofeno o paracetamol en casos donde los dolores se convierten en insoportables.
Tratamiento tópico de las llagas: En las farmacias se pueden encontrar geles, sprays, enjuagues o cremas ideales para combatir la infección. En algunos casos es necesaria la prescripción médica para tratar este problema.
Dieta blanda: Evita que el niño consuma alimentos muy duros que puedan lastimar la herida, alimentos muy calientes, salados, picantes o ácidos ya que podrían irritar la úlcera y multiplicar el dolor.
Hidratación abundante: Si los niños manifiestan incapacidad para alimentarse por el dolor y las molestias en la boca, puedes intentar darle soluciones de rehidratación oral para el correcto funcionamiento del organismo.
Ofrece vitaminas: Para prevenir la aparición de futuras llagas, es importante que el niño empiece a ingerir complementos de ácido fólico, hierro y/o zinc. Muchas veces, las aftas bucales están relacionadas con enfermedades crónicas como la neutopenia cíclica, enfermedad de Behcet, enfermedad de Crohn o el síndrome de Marshall.