Lo cierto es que padres de algunos recién nacidos aseguran que el pecho de sus hijos produce leche. Esta curiosa situación se conoce como la leche de bruja, o clínicamente como galactorrea. Similar al proceso de lactancia en las madres, el pezón del bebé puede llegar a endurecerse, hincharse y secretar leche.
Y la respuesta a la pregunta es sí, es una circunstancia completamente normal. Y de hecho se puede presentar en niños y en niñas sin discriminación de género. Esto se debe a que el bebé aún posee en su cuerpo las hormonas encargadas del desarrollo de las glándulas mamarias.
El hecho de que sea una situación normal no quiere decir que se vaya a manifestar en todos los recién nacidos. No es una enfermedad y tampoco requiere de un tratamiento específico, pues desaparece de forma natural tras la eliminación de las hormonas restantes en el torrente sanguíneo.
¿Qué debo hacer si mi hijo empieza a gotear leche por el pecho?
Aproximadamente tarda entre 7 y 10 días la desinflamación del pecho en los niños, y por ende, la secreción de leche. Sin embargo, puedes tener en cuenta las siguientes recomendaciones para acelerar la mejoria del bebé.
- Evita masajear o apretar el pecho del bebé para intentar extraer la leche, puesto que puede ocasionar dolor, malestar e incluso puede afectar la salud del bebé al exponerlo a posibles infecciones.
- Limpia el pecho del bebé con agua para retirar los rastros de leche. Realiza la limpieza con toques suaves y delicados para evitar lastimarlo.
¿Hay algún factor de riesgo que genere preocupación?
El proceso de secreción de leche en los niños no es para nada doloroso. Ahora bien, si con la presencia de la leche las mamas están inflamadas, enrojecidas o afiebradas, lo ideal es poder llevarlo con el pediatra tan pronto como sea posible para que dicte un diagnóstico más objetivo y certero.