La ansiedad de separación varía considerablemente entre los niños. Algunos bebés se ponen histéricos cuando la mamá no está a la vista por muy poco tiempo, mientras que otros niños parecen sentir constante angustia por las separaciones durante la infancia, sus primeros años y la edad preescolar.
Un mensaje para todos los padres y las madres que trabajan
El truco para sobrevivir la ansiedad de separación exige preparación, transiciones rápidas y el paso del tiempo. Me atrevo a decir que los padres sufrimos tanto como nuestros hijos cuando nos tenemos que ir. Aunque a menudo nos cuentan que nuestros hijos dejan de llorar a los pocos minutos de la despedida, ¿cuántos de ustedes no han pensado que “no saben manejar las cosas bien” cuando entre sollozos su niño se aferra a sus piernas, le suplica que se quede y le duele su partida?
Para mi que soy una madre que trabaja, la ansiedad de separación me crea muchas dudas. Aunque es un comportamiento totalmente normal y una demostración hermosa de un vínculo profundo, la ansiedad de separación puede crear muchas inquietudes en todos nosotros.
Aquí le doy a conocer algunas verdades sobre la ansiedad de separación y les brindo sugerencias para mejorar las transiciones, lecciones que yo he aprendido a las malas pues he cometido casi todos estos errores:
Verdades acerca de la ansiedad de separación
- Bebés: La ansiedad de separación se desarrolla después de que un niño adquiere una comprensión de la permanencia de un objeto. Una vez el niño se da cuenta que realmente usted se ha ido (cuando lo hace), esto lo puede intranquilizar. Aunque algunos bebés muestran entendimiento de la permanencia de un objeto y ansiedad de separación desde los 4 a 5 meses de edad, la mayoría desarrollan una ansiedad de separación más concreta alrededor de los 9 meses. Este ir y venir puede ser peor si su bebé tiene hambre, está cansado o no se siente bien. Haga las transiciones cortas y rutinarias si es un día difícil.
- Los niños pequeños: Muchos niños pequeños que no sienten ansiedad de separación en la infancia, empiezan a tener problemas a los 15 o 18 meses de edad. Las separaciones son más difíciles cuando los niños tienen hambre, están cansados o enfermos— ¡lo que pasa casi siempre! A medida que los niños desarrollan la independencia durante la infancia suelen ser aún más conscientes de las separaciones. Su comportamiento durante las separaciones será estrepitoso, ruidoso con lágrimas y difícil de controlar.
- Niños en edad preescolar: Cuando los niños tienen 3 años de edad, ya comprenden más claramente el efecto que su ansiedad o las súplicas de separación tienen sobre nosotros. Esto no significa que no estén estresados, pero sin duda quieren que les preste atención. Sea coherente; no regrese a la habitación porque el niño se lo está pidiendo y ante todo no cancele su planes debido a la ansiedad de separación. Su coherencia continua, entre las explicaciones y la diligencia para regresar cuando dice que lo va a hacer deben coincidir.
Cómo sobrevivir la ansiedad de separación
- Opte por despedidas rápidas y de rutina. Incluso si siempre tiene que hacer señales con las manos como los beisbolistas, darle tres besos en la entrada o su manta especial o un juguete antes de irse, la despedida debe ser siempre breve y simple. Si se prolonga la despedida, también se prolonga la transición. Y también se prolonga la ansiedad.
- Sea congruente. Intente establecer la misma rutina haciendo las mismas cosas a la misma hora todos los días que viene a dejarlo para evitar así los factores inesperados tanto como pueda. El tener una rutina puede ayudarle a su niño a sentir menos angustia y al mismo tiempo permitirle ganar confianza en su independencia y confiar más en usted.
- Atención: Al separarse de su niño préstele toda su atención, amor y bríndele afecto. Luego, despídase rápidamente a pesar de sus trucos, artimañas y llanto para que usted se quede.
- Cumpla su promesa. Usted le ayudará a cultivar confianza e independencia mientras el niño se siente seguro de que puede estar sin usted siempre y cuando usted cumpla su promesa de regresar. El peor error que he cometido en este sentido fue regresar a la clase para “visitar” a mi hijo una hora después de una transición difícil. Lo estaba echando de menos y mi regreso fue bien intencionado, pero no sólo prolongué la ansiedad de separación, sino que tuvimos que empezar de nuevo con todo el proceso. Cuando le dejé por segunda vez (y los días posteriores) la experiencia fue casi explosiva.
- Sea muy claro, al estilo de un niño. Cuando hable de su regreso, dele detalles específicos que el niño entienda. Si sabe que va a regresar a las 3:00 p.m., dígaselo a su hijo en términos que entienda, por ejemplo: “Regresaré después de hora de la siesta y antes de la merienda de la tarde.” Defina el tiempo de manera que él lo pueda entender. Hable de su regreso de un viaje de negocios en términos de las veces que él va a “dormir”. En lugar de decir, “Estaré en casa en 3 días “, diga: “regreso a casa después de que duermas 3 noches”.
- Practique la separación. Lleve a los niños a casa de la abuela, saque tiempo para que juegue con sus amigos, deje que sus familiares y amigos le cuiden al niño (aunque sea por una hora) durante el fin de semana. Antes de comenzar la guardería o el preescolar, practique o ensaye ir a la escuela y su rutina para la despedida mucho antes de que tengan que separarse. Dele al niño la oportunidad de ¡prepararse, vivir y prosperar en su ausencia!
No es común que la ansiedad de separación persista todos los días después de los años preescolares. Si le preocupa que su hijo no se esté adaptando a estar sin usted, consulte con el pediatra. Su pediatra sin duda le ha prestado ayudado a otras familias en la misma situación y puede calmar su inquietudes y ¡elaborar un plan que los ayude a los dos!
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.