Cambiar sus juguetes con frecuencia
Déjale para jugar sólo unos pocos juguetes y guarda el resto. Pasados un par de días, cámbiaselos. Así les prestará más atención y captará mejor los estímulos que le ofrecen.
Pasearlo en brazos por la casa
Llevarle de paseo por la casa es otra actividad con la que tu peque disfrutará y aprenderá mucho, porque además de estimular su vista y su interés por todo lo que va viendo, le ayudará a situarse en el espacio.
Si además le vas balanceando suavemente, entrenarás su sentido del equilibrio
Echarle la siesta
Para dormir al mediodía, acuéstalo vestido, sin el pijama, y con el cuarto en penumbra, no a oscuras. Estos detalles le harán entender que el día y la noche son momentos diferentes de la jornada, lo que le ayudará a habituarse al ritmo familiar.
Mover sus brazos y piernas al cambiarle el pañal
Aprovecha la tarea de cambiarle el pañal para ejercitarle los brazos y las piernas. De este modo le facilitas el descubrimiento de que estas partes también son suyas y se va formando una idea más acertada de cómo es y de cuáles son los límites de su cuerpo.
Seguir el mismo orden al vestirle
Al vestirle y desvestirle debes seguir siempre el mismo orden. Así tu hijo podrá anticiparse a lo que viene a continuación (algo esencial para aprender a moverse en el mundo que le rodea) se relajará y tolerará mejor esta tarea.
Ponerle junto a otros niños
Aunque aún no juegue con otros niños, túmbale junto a los bebés de los amigos con los que quedéis o siéntale cerca de más niños en el parque para que se habitúe a su compañía. Es el primer paso para que llegue a ser sociable.
Darle un masaje cuando le pones la crema
Masajearle el cuerpo de arriba a abajo (sin tocarle la columna) es otra práctica que debes convertir en cotidiana. Le ayuda a afrontar el día con serenidad y a adquirir conciencia corporal.
Sacarle de paseo
Explorar el paisaje y ver a la gente le vuelve más receptivo y le ayuda a vencer el miedo a los extraños. No importa que todos los días hagas el mismo recorrido, porque las rutinas le dan seguridad.
Y, además, desde su perspectiva de niño, cada día descubrirá un detallito que no vio antes, por lo que vuestro paseo siempre le reportará algo nuevo.
Darle de mamar
La lactancia materna es el mejor alimento para él, pero además, durante este momento el niño se siente querido y protegido y estrecha su vínculo contigo.
Y está demostrado que la seguridad y el cariño son básicos para que el cerebro del bebé se desarrolle correctamente y el pequeño sea capaz de evolucionar a su ritmo.
Peinarle a diario
Es importante que lo hagas a diario, incluso aún no tenga pelo, porque le estimulas sensorialmente y haces que empiece a asimilar los hábitos de cuidado personal.
Darle a probar alimentos de tu plato
Si ya puede comer de todo, dale a probar una pizca de lo que tienes en el plato. Hará que se sienta mayor al comer como tú, estimulará su sentido del gusto, le ayudará a aceptar los nuevos sabores…
Variar la posición de su cuna
Hazlo de vez en cuando, sobre todo cuando es pequeño y pasa mucho tiempo tumbado.
Es una forma sencilla de exponerle a nuevos estímulos, al ofrecerle otras cosas que mirar y descubrir, y evitar que se aburra.
Tomado de crecerfeliz.es.