Redacción Pediatría y Familia
Las investigaciones en torno al autismo, una enfermedad con varios grados de severidad, intentan comprender su origen y desarrollo. Desde que se documenta, a pesar de los avances científicos que se han hecho sobre el tema, este padecimiento todavía es un misterio sin resolver para los especialistas. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Palo Alto en California afirman haber encontrado en los vídeos caseros, nuevas probabilidades para diagnosticar el autismo a temprana edad.
Este estudio publicado en la versión digital de la revista PLOS Medicine, se desarrolló con base en un estudio del mismo equipo de investigadores y abre nuevos caminos para investigaciones posteriores. En los datos publicados, los científicos aseguran que su nueva investigación se concentró en el aprendizaje automático. Esto con el fin de analizar cuáles características comportamentales eran imprescindibles al momento de diagnosticar el autismo.
¿Cuál es el papel de los vídeos caseros en la investigación?
En este nuevo análisis, los especialistas diseñaron 8 modelos de aprendizaje automático, que permitieran diagnosticar la enfermedad a partir de vídeos cortos. En cada uno de los modelos, los investigadores agruparon una lista de características (entre 5 y 12) -obtenida previamente por cálculos computacionales- que al final otorgaban una puntuación general sobre la severidad del trastorno en el menor.
Para comprobar la eficacia de estos modelos, las familias participantes realizaron vídeos caseros a los niños con autismo y luego los enviaron a los investigadores. En total, se obtuvieron 116 vídeos caseros de pequeños diagnosticados (con una edad promedio de 4 años y 10 meses) y 46 vídeos de niños sin problemas en su desarrollo (con una edad promedio de 2 años y 11 meses).
Los criterios para que el vídeo casero se utilizara en la investigación eran los siguientes: duración de 1 a 5 minutos, oportunidad de usar objetos, oportunidad de usar juguetes, enfoques a las manos y al rostro del niño, expresiones sociales en familia y otros niños. Así, los evaluadores podían resolver un cuestionario breve y calificar con 30 preguntas concretas y una puntuación de 1 a 10.
“El vídeo casero recoge al niño en su ambiente natural –destaca Dennis Wall, autor principal de este estudio–. El ambiente clínico puede ser rígido y artificial, y puede provocar comportamientos atípicos en los niños”.
Tras los primeros resultados, los científicos decidieron comprobar la efectividad del modelo de regresión logística, ya que tuvo los mejores resultados. Con esta técnica, se obtuvo una precisión general al inicio del 88,9% que se corroboró con el 87,8% de precisión con 66 vídeos nuevos de niños sin trastornos y niños con autismo.
Para Wall, la demostración de la efectividad de sus métodos son una herramienta que los pediatras pueden usar para confirmar su diagnóstico, de acuerdo con el comportamiento de los niños.
