Como bien se sabe, la alimentación complementaria debe iniciar cerca de los 6 meses de vida del bebé, sin embargo, existen ciertas señales en el desarrollo del pequeño que indican que su organismo ya está preparado para recibir otro tipo de alimentos diferente a la leche materna.
Identifica cuándo el bebé está listo para comenzar la alimentación complementaria
Se mantiene sentado sin apoyo: Cuando el pequeño es capaz de mantener el equilibrio estando sentado, para él será mucho más sencilla manipular los alimentos sin ninguna complicación.
Ha desaparecido el reflejo de extrusión: Es el reflejo que hace que los niños empujen hacia fuera cualquier objeto que tengan en la boca, como por ejemplo las cucharas. Una vez desaparece este acto involuntario, el niño ya está en la capacidad de consumir alimentos semisólidos o sólidos.
Muestra interés por la comida de los adultos: Con el paso del tiempo, los niños van a querer participar en las comidas, llevarse algunos alimentos a la boca y rechazar la comida cuando no la quiere.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) hace énfasis en la palabra complementaria, pues aunque el bebé inicia una dieta que incluye más aliementos, la leche materna debe ser la base nutricional de la dieta del bebé.
¿Qué pasa si la alimentación complementaria inicia antes de los 6 meses?
El comienzo de la alimentación complementaria precoz puede traer muchos riesgos para el bebé a corto y largo plazo, como un considerable aumento a infecciones. La AEP menciona que si el bebé antes de superar los 6 meses no tiuene acceso a la leche materna, se puede sustituir únicamente por la fórmula de inicio tipo 1 como sustituto.
- Posibilidad de atragantamiento
- Exposición a infecciones gastrointestinales y del tracto respiratorio superior
- Interferencia de los nutrientes contenidos en la leche materna
- Aumento de obesidad
- Eccemas atópicos
- Posibilidad de padecer diabetes en el futuro
¿Por qué no retrasar la alimentación complementaria más allá del séptimo mes?
En muchas ocasiones, los niños puede que no muestren un interés activo por los alimentos diferentes a la leche materna lo cual puede confundir a los padres sobre si el niño está listo o no. Sin embargo, para las 26 semanas de vida del bebé se debe iniciar el plan de alimentación complementaria, ya que de lo contrario podría provocar:
- Carencias nutricionales (hierro y zinc, especialmente).
- Alto riesgo de adquirir alergias e intolerancias alimenticias.
- Alteración de habilidades motoras orales.