La dermatitis atópica es una de las expresiones más severas de la piel y aunque no se conoce la estadística exacta, se sabe que la enfermedad afecta aproximadamente al 10% de niños en el mundo.
Este padecimiento se presenta cuando hay una deficiencia en el cemento de las células de la piel, lo que causa una resequedad severa en la dermis. Al rascarse, los niños con esta condición liberan histamina y se crea un círculo vicioso donde la piel arde y pica más.
Además, los pacientes presentan deficiencias en la manera como ellos manejan las bacterias que residen en la piel como el estafilococo.
El mantenimiento de la piel en estos niños es vital, pues debe mantenerse lo más protegida y humectada posible. Por lo general, la enfermedad comienza a revelarse entre el primer año de vida y los cinco siguientes.
Existen signos que pueden alertar la presencia de la enfermedad. Por ejemplo, en bebés la erupción generalmente comienza en cara, codos y rodillas y luego, puede expandirse por todo el cuerpo. En los niños, la erupción se da en los pliegues de las rodillas y los codos y también se ubica en las manos.
Esta enfermedad no es contagiosa y algunos de sus factores de riesgo son el estrés, las sustancias irritantes, la piel seca, el calor constante, las infecciones y las respuestas alérgicas.
La dermatitis atópica suele tratarse con medicamentos como ungüentos que sirven para humectar la piel, tal es el caso de las cremas hidratantes o la vaselina. El uso de corticoesteroides también es recomendado para los pacientes con esta enfermedad, fármacos como hidrocortisona, mometasona, desonida, triamcinolone, pueden ser prescritos por el médico tratante. Otros fármacos son los inmunomoduladores tópicos, los preparados a base de alquitrán, los antibióticos y antihistamínicos.
Tener dermatitis atópica no es sinónimo de discapacidad o rechazo por parte de la sociedad, tampoco es una enfermedad incapacitante. Los pacientes que la tengan deben cuidarse de hacer actividades que expongan su piel al contacto constante con el agua o evitar tareas que puedan lacerar la piel y así, se asegurarán de que su enfermedad no trasgreda sus capacidades físicas.