Las picaduras de insecto, por lo general, no significan una complicación grave pero sí pueden llegar a ser molestas por la comezón que produce. Se identifican fácilmente por el enorjecimiento y la hinchazón de la zona afectada. Las mujeres embarazadas y los niños son los blancos perfectos para los mosquitos, pues ambos suelen tener una temperatura corporal más alta que el resto de la población.
¿Qué hacer si a mi bebé lo picó un mosquito?
- Lo primero, es aplicar un poco de hielo en la zona afectada para reducir la hinchazón y calmar la picazón. Ten en cuenta que los bebés no son conscientes sobre si es bueno o no rascarse la piel afectada, de manera que debes reducir esa molestia tanto como sea posible.
- Aplica una solución de calamina o geles calmantes formulados. Estos son de fácil acceso y pueden conseguirse en farmacias. Lee las instrucciones de uso, y evita el contacto con los ojos, la boca, mucosas y la nariz).
- Lava la piel con agua y con jabón. En algunas ocasiones el aguijón puede quedar dentro de la piel y debe extraerse. Si consideras que en casa no puedes hacerlo, puedes acercarte al centro médico más cercano.
Prevén las picaduras de mosquito
- Procura no llevar al niño a zonas húmedas, pues son los lugares principales donde se concentran los mosquitos.
- Utiliza mosquiteras en la ventana, y refuerza su eficacia con insecticidas de enchufe. Realmente hay muchas alternativas como los atrapainsectos o matainsectos que se instalan muy fácilmente.
- El uso del repelente es válido siempre y cuando te asegures de que es seguro para los niños. También hay algunos remedios naturales que puedes preparar en casa para repeler a los mosquitos. Evita aplicarlo en manos o pies, pues es lo primero que se llevan a la boca.
- Procura el uso de camisas y pantalones largos.
- Utiliza toldillos mosquiteros en las camas para reducir el riesgo de picadura durante la noche.
Alergia a las picaduras de mosquito, ¿qué debo hacer?
Las alergias por insectos son muy comunes en la infancia y la mayoría supone reacciones leves ante la sustancia que la provoca. Generalmente, estas complicaciones se tratan con antiinflamatorios y antihistaminicos en forma de crema o gel. En caso de infección y en reacciones alérgicas más graves, puede ser necesaria la medicación oral, pero ten en cuenta que en ningún momento se debe automedicar. El tratamiento debe ser determinado por el pediatra.