El uso de antibióticos podría evitarse con un estado de salud óptimo en mujeres embarazadas o en bebés. Estos son los fármacos más recetados en todo el mundo para combatir enfermedades. No obstante, aunque son muy eficaces, en el caso de esta población pueden resultar más dañinos que beneficiosos.
Según numerosos estudios, “los antibióticos pueden causar efectos secundarios. La mayoría de éstos se relacionan con el intestino del bebé y alternaciones en la flora vaginal“.
Si es una madre lactante, el proceso de lactancia debe interrumpirse, ya que los restos del antibiótico llegan al bebé por la leche materna.
Por ese motivo las cajas de antibióticos siempre recomiendan a embarazadas y lactantes, no consumirlos y consultar al médico primario antes de tratar infecciones.
¿Solo tomar antibióticos con prescripción?: Sí
“La leche materna es el principal medio de los nutrientes que recibe el bebé”.
Cuando una mamá se enferma y necesita un tratamiento con antibióticos, no puede disponer de todas las posibilidades que hay en el mercado. Los médicos deben evaluar cada caso para recetar el medicamento que mejor se ajuste a las necesidades de la paciente y su hijo.
Sin embargo, como no todos los antibióticos permanecen el mismo tiempo en el organismo, los restos pueden pasarse al pequeño durante la alimentación. Como estas medicinas están diseñadas para atacar los virus y las infecciones, en sistema inmune que no es lo suficientemente maduro atacarán bacterias buenas para el organismo.
“En el caso de los pequeños, los antibióticos disminuyen las bacterias que componen la flora intestinal. A mediano y largo plazo, el desequilibrio que causan estos fármacos afectan el desarrollo de las alertas y respuestas inmunitarias del bebé. Aunque este no es el único efecto”.
Si los antibióticos atacan a los microbios del sistema digestivo, el bebé tendrá más probabilidades de padecer asma o alergias. Además, si en el futuro el bebé necesitara un tratamiento con el fármaco al que se expuso, éste sería menos eficaz.
“Los efectos secundarios inmediatos en los bebés son: diarrea, vómitos, fiebre o erupciones en la piel. Los especialistas recomiendan estrictamente no dar antibióticos a los niños”.
De hecho, su uso debería ser más restringido a condiciones que no tengan otra vía de tratamiento. ¡Ante el próximo resfriado, ya lo sabes. Consulta a tu médico primario para que tu salud y la de tu hijo no tengan ninguna complicación!
Redacción Pediatría y Familia