Una de las preguntas que más causa curiosidad a los nuevos padres es saber cómo funcionan los sentidos de un recién nacidos. ¿Qué ven?, ¿qué escucha?, ¿qué sienten?
La visión
La verdad, es que la vista del bebé está tanpoco desarrollada que incluso, son incapaces de distinguir objetos que se encuentren a más de 20 o a 30 centrímetros de distancia.
Una vez los bebés abren los ojos estando fuera del útero, no reconocen más que una nebulosa gris sin nitidez y precibiendo únicamente luces y las sombras. A medida que el bebé va creciendo y los ojos evolucionando, los niños van adquiriendo la habilidad de percibir cada vez más colores.
Cerca de los cuatro meses de vida, los bebés están en la capacidad de seguir objetos en movimiento y sienten un interés particular por los rostros de las personas. De ahí que no aparten la vista de tu rostro cuando lo estés amamantando. Un buen ejercicio que puedes probar, es poner un espejo frente al niño y mira su reacción.
El oído
Desde el vientre el bebé es capaz de reconocer sonidos, pero claro, no en la misma intensidad que estando fuera de él. Por ello pueden llegar a asustarse con sonidos fuertes como un estruendo o un timbre, así como pueden calmarse con sonidos suaves.
Expertos recomiendan siempre hablarle a los bebés, leerles, cantarles. Sorpresivamente, los niños responden mejor a las voces agudas de ahí que siempre se les exagere con la voz al hablarles. Diferente a lo que se ha mencionado, esta técnica para nada retrasa el desarrollo de los bebés, por el contrario lo impulsan a continuar una “conversación” mediante balbuceos.
La fascinación también la demuestran por la música, los sonidos de la vida diaria y las risas. Puedes mantenerlo cerca tuyo mientras realizas alguna tarea del hogar, hablas por teléfono o sus hermanos juegan.
El gusto y el olfato
Generalmente, los bebés se inclinarán en un principio por los sabores dulces. Sin embargo, las preferencias en cuanto al gusto y el olfato las van a ir descubriendo durante el primer año de vida.
Estudios demuestran que la dieta de la madre puede influir en el sabor de la leche materna,, de hecho, esta condición puede influir en la modulación de los gustos y la preferencia a los alimentos que consumía la mamá durante la lactancia.
El tacto
Los bebés dependen 100% de sus padres para desarrollar el sentido del tacto. Permítele explorar las diferentes texturas de las paredes, los juguetes, el suelo. Matén contacto piel con piel frecuentemente, acúnalo, abrázalo y bésalo; ellos son conscientes de que estas son muestras de amor y se sienten queridos y cuidados.