Por: Redacción Pediatría y Familia
Los bebés, en sus primeras semanas de vida, permanecen dormidos casi el 90% del día en períodos de tres a cuatro horas. Pero, ¿sabías que existen dos tipos de sueño seguro? De hecho, ambos se alternan aproximadamente cada media hora de sueño y son conocidos como sueño tranquilo y sueño activo. Estas dos fases de sueño pueden advertirse -incluso- a partir de las treinta semanas de embarazo.
Cuando el bebé se duerme, inicia la fase de sueño activo. Los papás podemos notar cómo el bebé respira de forma irregular, mueve los ojitos y realiza algunos pequeños movimientos con bracitos o piernas. Resulta hermoso y hasta relajante verlos haciendo estos pequeños y tiernos ruiditos y muecas, no debería ser motivo de preocupación. Es importante que este sueño no sea interrumpido. Estos gestos y muecas son completamente normales.
Aproximadamente una hora después, el bebé se sumerge en un sueño más profundo: el sueño tranquilo. En este caso, el bebé se muestra muy relajado, no realiza movimientos y su respiración se torna suave y regular.
Es importante conocer estos patrones en el sueño de nuestros bebés, así sabrás que no debes preocuparte si tu bebé duerme intranquilo, o viceversa.
¿Cómo promover un sueño seguro en el bebé?
Ten en cuenta que, los bebés están más seguros cuando duermen boca arriba durante la noche y durante las siestas. Dormir de lado no es tan seguro como dormir de espaldas y tampoco es recomendable. Es necesario que tu bebé duerma en un ambiente seguro, por eso te mostramos algunas recomendaciones:
- Siempre recuesta a tu bebé boca abajo, no boca arriba.
- El colchón de tu bebé debe ser firme, sin ropas de cama sueltas ni animales de peluche o almohadas.
- Asegúrate de que la cabeza y la cara del bebé permanezcan descubiertas mientras duerme.
- No permitas que los bebés se calienten demasiado. Mantén la habitación donde duermen los bebés a una temperatura cómoda.
- Viste a tu bebé con no más de una capa extra de la que usarías tú.
- Si te preocupa que tu bebé tenga frío, usa una manta que se pueda llevar puesta, como un saco de dormir o un colchón caliente que sea del tamaño adecuado para cada bebé.
Como padres, te recomendamos que practiques políticas de sueño seguro con el fin de reducción de riesgo de asfixia y evitar el síndrome de muerte súbita del lactante.