Todo sobre la disquecia del lactante

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La disquecia del lactante hace referencia a cuando el bebé se queja, hace esfuerzos, llora, se pone rojo, se arquea y parece que sufre para hacer caca. Después la hace, al final, y entonces se queda tranquilo. ¿Conclusión? Pensamos que tiene estreñimiento, porque todo coincide. Sin embargo, lo que puede motivar esos síntomas en los bebés no necesariamente es el estreñimiento, pese a comportarse igual al hacer caca.

¿Qué es la disquecia del lactante?

Es algo normal y natural que sufren muchos bebés y que desaparece cuando pasa el tiempo, como tantos “males” de los bebés en las primeras semanas.

“La disquecia del lactante es un asincronismo entre lo que el bebé quiere hacer y lo que en realidad hace, por inmadurez”.

Una definición un poco más técnica sería la siguiente:

Hay un cuadro llamado “disquecia del lactante” que se define como al menos 10 minutos de esfuerzo y llanto antes de la emisión de heces blandas en menores de 6 meses.

Se cree que se produce porque el bebé realiza los esfuerzos de empujar con el esfínter anal cerrado, y que por eso le cuesta. Cuando el esfínter se abre, salen las heces sin dificultad y cesa el llanto. Es un cuadro benigno que suele mejorar espontáneamente.

Muchos especialistas no lo definen como una enfermedad, sino algo muy común en los bebés cuya cura es la paciencia y el tiempo, y entre medio, algunos masajes en la barriga (en el sentido de las agujas del reloj) a combinar con la flexión de las piernitas presionando un poquito el abdomen (sin pasarse), por si en una de esas lograra soltar la caca.

¿Y no se le pueden dar infusiones o estimular el ano?

Las infusiones no suelen recomendarse porque no van a ayudar al bebé a hacer caca (recordad, la caca ya es líquida o blanda, y el problema es que el bebé hace fuerza pero no abre los esfínteres) y porque, pese a que tranquiliza a los padres, que sienten que están haciendo algo por sus bebés, lo que se provoca es la sensación de que hay que tratar incluso aspectos normales de los bebés, considerándolos patológicos y haciendo que, a la larga, se acaben medicando más procesos de los necesarios.

Lo de la estimulación del ano es el típico consejo de meter la punta del termómetro en el ano del bebé y hacer pequeños movimientos rotatorios, cerillas con aceite, la punta de un supositorio o ramita de perejil, que acaban por provocar la salida de las heces.

“Es un remedio que funciona pero que no se recomienda utilizar en el caso de los bebés porque se corre el riesgo de hacer que el ano del bebé responda más, entonces, al estímulo externo que al interno (aumento de presión en los intestinos por la caca acumulada)”.

Se debe evitar que el bebé pueda acostumbrarse a hacer caca solo cuando se le estimule, y entonces no solo no habremos solucionado la disquecia (que se soluciona sola), sino que la habremos empeorado.

Redacción Pediatría y Familia

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