Hoy en concreto hablaremos de la autoestima, y es que a través de la enseñanza de algún idioma se puede mejorar la autoestima de los niños.
La mejor forma de aprender un idioma
Antes de nada hay que aclarar dos puntos. El primero, es que nos referimos a autoestima a la manera en la que los peques se ven a sí mismos. El segundo, es que debemos tener en cuenta que hay dos maneras de desarrollar habilidades lingüísticas: por adquisición o por aprendizaje consciente.
“Digamos que la adquisición es un proceso subconsciente que se desarrolla de manera natural y el aprendizaje es el proceso consciente de desarrollar una lengua que no es la nuestra, a través de su estudio”.
Aclarado esto, ¿cómo aprenden nuestros niños?
No es ningún secreto, estamos entrando en una nueva era. Una donde el aprendizaje comienza a valorarse desde supuestos más individuales y no tan globales. Es decir, comenzamos a comprender la importancia de cada alumno y no tanto de un programa o unas lecciones memorizadas.
Aprender así un idioma tendrá unos resultados increíbles. Un idioma no depende solo del intelecto, un idioma es una cultura, tiene un uso gracias a esa cultura y llegar a comprenderlo nos ayuda a abrir la mente y su cambio constante nos motiva a experimentar.
Aprender inglés a través de las emociones y mejorar la autoestima de los niños
Las emociones son reacciones impulsivas o predisposiciones biológicas que pueden llegar a ser intensas, que como reacción automática de nuestro cerebro resultan esenciales a la hora de valorar nuevas maneras de aprendizaje y llegar a conseguir el éxito en aquello que nos propongamos.
Conocerse uno mismo es clave para conseguir una buena interacción social (tan importante para nuestra autoestima). Nuestra inteligencia emocional es la que aporta las cualidades que nos convierte en verdaderos seres humanos. Y ¿qué tiene que ver esto con el aprendizaje del inglés? Pues mucho, ¡sigue leyendo que te lo cuento!
El aprendizaje de un segundo idioma hace referencia al desarrollo gradual de la capacidad de comunicarse en un entorno donde la lengua principal no es la nuestra propia. Es un aprendizaje consciente de acumulación de vocabulario, gramática y su correcto uso tanto de manera verbal como por escrito.
“Llegar a controlar un segundo idioma nos aportará un sentido de seguridad, identidad, pertenencia, un propósito y desarrollo de una competencia personal”.
Cuando aprendemos otro idioma, nuestro cerebro crece. El lenguaje es una capacidad que los humanos tenemos y que implica el uso de determinadas áreas del cerebro. Con cada nuevo aprendizaje, nuestro cerebro se modifica y se fortalece. Si además lo hacemos incorporando nuevos fonemas, vocabulario, estructuras… mayor agilidad mental tendremos que podremos extrapolar a cualquier ámbito de nuestras vidas. Seremos personas más prácticas y seguras.
Más beneficios del aprendizaje del algún idioma en los niños con respecto a su autoestima
“Además aprender un segundo idioma ayuda, por descontado, a nuestra memoria”.
Esto nos aporta agilidad y también nos ayuda en el ámbito afectivo. Pero no solo eso, sino que nos aporta mayor capacidad de relacionarnos, mejorando así nuestro entorno social.
Nos ayuda a comprender el mundo de una manera más completa y empática al darnos cuenta del uso del idioma aprendido y cómo otras culturas diferentes a la nuestra se expresan o interactúan. Se reducen las fronteras, las distancias parecen menores. Los miedos desaparecen porque ya no estamos ante algo desconocido. Nuestra libertad crece, incluso nuestra imaginación.
También mejora el uso de nuestra propia lengua, ya que a nivel gramatical es muchas veces más completo el estudio de idiomas adquiridos que el nuestro propio. Es lógico ya que mucho del vocabulario que aprendemos en nuestra propia lengua lo hacemos de manera social e inconsciente por nuestro entorno, mientras que la traducción requiere un mayor esfuerzo y concentración.
El entrenar a nuestro cerebro de esta manera nos ayuda, además, a ser resolutivos y esto a su vez a disminuir el nivel de ansiedad. Señalar que está demostrado que aquellas personas que aprenden un segundo idioma llegan a tener un autoconocimiento más completo de sí mismos que aquellos que aún no se han animado a hacerlo.
Desarrollan una mayor confianza y una mayor habilidad para elegir su conducta. Aprenden de un modo más significativo y desarrollan estrategias de aprendizaje que les motivan a seguir aprendiendo. Todas estas habilidades las trasladan al resto de materias o situaciones de su día a día.
Fuente: Guía Infantil