Levantar el brazo contrario al agujero de la nariz por el que se sangre, meterse un algodón casi hasta notar el cerebro, apretarse un paño con agua fría -o caliente- contra los orificios nasales… la cantidad de remedios caseros que existen para acabar con las hemorragias de nariz -también llamadas epistaxis– nos permiten hacernos una idea de lo frecuente de este síntoma, que casi se podría decir con toda seguridad que ha sufrido alguna vez en su vida el 100% de la población.
Pero si bien todo el mundo asegura saber cómo cortar un sangrado de este tipo -con o sin razón- menos probable es que sepan las causas que se suelen esconder detrás del mismo. Aunque muchas son banales, algunas sí pueden ser preocupantes. He aquí algunos de los motivos.
Resecado del interior de las fosas nasales
Es de las causas menos graves y más frecuentes del sangrado nasal. Las fosas nasales están recubiertas interiormente con una especie de membrana que hace las veces de filtro, armada a su vez de pilosidad, humedad y mucosidad. Por eso es recomendable respirar siempre por la nariz, y de ahí la importancia de mantenerla limpia y preservarla de la sequedad, entre otras cosas, para no facilitar la proliferación de bacterias o infecciones, y para obtener una mejor respiración.
Cuando todo esto falla, una de las cosas que pueden suceder es que sangre la nariz. Hay virus que secan las fosas nasales, en cuyo caso, la congestión nasal que acompaña a la infección (rinitis) impide que el revestimiento del interior de la nariz mantenga sus niveles normales de humedad. Ahora bien, si la nariz se congestiona por exceso de moco y además éste se reseca, la capacidad protectora de la mucosa nasal se va a resentir visiblemente. Las consecuencias pueden traducirse en dolorosas heridas en las fosas nasales que acaban en costras, a veces sangrantes y malolientes si se trata de rinitis seca.
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También es susceptible la nariz de sufrir sequedad motivada por un calor o frío ambientales extremos. Las calefacciones o el aire acondicionado son, a este respecto, igualmente capaces de alterar los vasos sanguíneos y mucosas del interior de la nariz, lo mismo que el estrés o el ejercicio físico extenuante. Con todos estos factores, no es de extrañar que sangrar por la nariz sea algo habitual. Pero, como hemos dicho, en la mayoría de los casos no es algo grave.
Un cuerpo extraño dentro de los conductos nasales
Esto es algo que afecta más a los niños que a los adultos. Los pequeños tienden a meterse cuerpos extraños en la nariz, que van desde pequeños juguetes a comida, pasando por las peligrosas pilas de botón. El problema es que no siempre nos damos cuenta y a veces el objeto queda ahí durante meses. Es lo que se denomina cuerpo extraño de larga evolución y en ese caso el diagnóstico se suele realizar por la presencia de rinorrea purulenta maloliente unilateral, con insuficiencia respiratoria nasal de ese lado. Los objetos mas frecuentes suelen ser gomas de borrar, bolas de collar, algodón… Es muy importante que no se extraiga manualmente, y menos con pinzas, porque se corre el riesgo de empujar el cuerpo más atrás en la fosa nasal.
Rinitis alérgica
Es uno de los síntomas más conocidos de cualquier persona que padezca alergia, pero este goteo constante de la nariz no siempre se acompaña de una hemorragia nasal. Sin embargo, los expertos tienen claro que un síntoma frecuente de la rinitis alérgica es sangrar por la nariz, sin mediar golpes, sin motivo aparente, muchas veces por la noche. Los especialistas en alergia tienen claro que no es algo que deba preocupar a los que lo padecen, aunque estos sí deben ponerse en manos de un especialista, pero más por controlar la rinitis en sí que por el síntoma concreto de la hemorragia nasal.
Nariz rota
Parece obvio, pero una hemorragia nasal puede ser el síntoma claro de una ruptura de este apéndice. Si es el caso, no sólo se verá la sangre correr por los orificios, sino que se sentirá dolor, dificultad para respirar nasalmente y la piel amoratada tanto alrededor de la nariz como de los ojos, entre otros signos. Si sospecha de una nariz rota, hay que acudir al servicio de urgencias del hospital más cercano. [Más Información: Las cinco cosas que tu lengua te puede estar diciendo sobre tu salud]
Hipertensión
Hablar de hipertensión ya es hacerlo con palabras mayores. Tener la tensión arterial alta es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular y es imprescindible su manejo por un especialista. La llaman la epidemia silenciosa, precisamente porque suele cursar sin síntomas, pero uno de los signos que puede destaparla es precisamente la presencia de hemorragias nasales. Este fenómeno es más frecuente en los hipertensos varones y mayores de 60 años. Sin embargo, se da una curiosa paradoja con las hemorragias nasales asociadas a la hipertensión y es que el nerviosismo que provoca verse la nariz sangrando puede hacer que suba la tensión, por lo que ambos síntomas no estarían siempre relacionados, pero dicho nexo tampoco se podría descartar si no se visita al médico.