Actualmente, los niños cuentan con una cantidad muy variada de estímulos en las escuelas, que más que favorecer la evolución cognitiva, puede ser contraproducente con su ritmo de aprendizaje porque generan distracciones y falta de concentración en clase.
Lo cierto es que los niños se pueden distraer muy fácil, sea algo que ocurra a su alrededor o incluso sus propios pensamientos. La responsabilidad de los maestros es enorme, ya que deben encontrar la forma de que su método de enseñanza sea lo suficientemente estimulante como para poder centrar la atención de los niños. Ahora bien, esto no es solo labor del maestro, pues como padres podemos ayudar a que nuestros hijos estén más concentrados.
¿Qué causa que los niños se distraigan?
Los expertos definen la distracción como la incapacidad para mantener fija la atención en una tarea específica. Por lo general, cuando esto sucede, pueden entrar en juego varios factores.
- El entorno escolar: Es muy común que los niños hagan sus deberes o tareas en su habitación, sobre la cama cuando deberían tener un lugar específico para realizarlas lejos de su cuarto. Trabajar desde la cama puede favorecer la pereza y la procrastinación causada por estímulos que consideran más interesantes en ese momento.
- Malos hábitos del sueño: El cansancio es una de las principales causas de distracción en los niños, de manera que es necesario que nos aseguremos de que duerman las 8 horas estipuladas por los expertos diariamente..
- Energía acumulada: Entre los 6 y los 10 años de edad, los niños necesitan liberar energía que, por lo general, es lo que causa la distracción. Debemos promover actividades físicas que les permitan quemar esa energía acumulada. Puedes optar por un periodo corto de juego para que a la hora de sentarse a realizar sus deberes, puedan estar más tranquilos.
- Mala alimentación: Cuando no hay una higiene alimentaria, también estamos afectando los niveles de concentración de nuestros niños. Las bebidas azucaradas, los alimentos ultraprocesados y la comida chatarra generan una hiperactivación en los niños, que aumenta el nerviosismo y altera los hábitos del sueño. Desafortunadamente, todo este ciclo se convierte en un círculo vicioso que termina afectando, no solo el rendimiento escolar de los niños, sino también su salud.
¿Cómo evitar que los niños se distraigan?
- Diversifica las tareas. Cambia de materia de estudio cada cierto tiempo para ayudar al niño a reiniciar el proceso de atención. Así logrará mantener la concentración por más tiempo.
- Establece un período de tiempo para cada tarea o actividad. Exigirá al niño estar concentrado para terminar en el tiempo previsto.
- Organiza las tareas. Las más difíciles es mejor hacerlas cuando el niño esté descansado, mientras que las fáciles y divertidas pueden quedar para el final de la jornada, cuando está más fatigado.
- Traza metas y objetivos. Es muy importante que el niño sepa cuáles son las metas a alcanzar en la clase, así pondrá toda su atención en lograrlas.
- Intercala descansos. La atención sigue una curva que en algún momento decae. Hay que dar unos minutos de descanso para recuperar la concentración, así se evita la distracción del niño en la clase.
- Pide al niño que sintetice y resuma lo que escuchó de la explicación, que escriba frases cortas con los detalles más interesantes. Esto le ayudará a ejercitar la atención.
Fuentes consultadas: Mejor con salud, Cognifit