¿Cómo evitar intoxicaciones alimentarias en los niños?

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La mayoría de las intoxicaciones alimentarias infantiles son causadas por bacterias que aparecen en determinados productos, bien porque no se han manipulado correctamente, porque nos se han limpiado como deberían o porque no se han conservado de la forma adecuada.

Los síntomas más comunes de una intoxicación alimentaria en niños son:

  • Las náuseas
  • El dolor de estómago
  • Los cólicos
  • La diarrea
  • La sudoración
  • La palidez de la piel
  • La fiebre
  • El dolor de cabeza
  • La debilidad.Normalmente, comienzan a manifestarse a partir de las 2 horas tras ingerir el alimento en mal estado.

Si la intoxicación es leve, se desaparecerá por sí sola poco a poco. Sin embargo, hay que vigilar que el niño esté correctamente hidratado y conseguir parar los vómitos y la diarrea.

En el caso que persista, es necesario consultar al pediatra. Si la intoxicación es grave o el niño sufre riesgo de deshidratación, hay que ir inmediatamente a urgencias.

Las intoxicaciones alimentarias pueden evitarse muy fácilmente.

Aquí algunos consejos para mitigar el riesgo de que tu hijo sufra una intoxicación:

  • Antes de manipular un alimento, lávate muy bien las manos.
  • Lava muy bien los cubiertos y utensilios que vayamos a utilizar para elaborar la comida.
  • Los trapos y bayetas de la cocina portan más bacterias que las que encontramos en el cuarto de baño. Por ello, se deben limpiar con frecuencia. Es mejor utilizar papel de cocina desechable para limpiarnos las manos al cocinar.
  • Vigila que la temperatura del congelador y el frigorífico sean los correctos.
  • Nunca vuelvas a congelar los alimentos una vez descongelados.
  • Extrema la precaución con los alimentos lácteos y con los huevos en época de calor. Vigila su fecha de caducidad.
  • Limpia bien la cáscara de los huevos y sécala antes de usarlos, asimismo, la piel de la fruta antes de comerla.
  • Congela el pescado antes de prepararlo. Así evitarás la desagradable sorpresa del anisakis.
  • Cocina los alimentos al menos a 70º C, porque a esa temperatura la mayoría de los microorganismos mueren. Asegúrate de que los alimentos no quedan crudos en el interior, sobre todo los filetes muy gruesos, el huevo y el pescado.
  • Evita el contacto entre alimentos crudos y cocidos. La contaminación cruzada es uno de los principales riesgos de la cocina: si la carne está contaminada por gérmenes y la cortamos en la misma tabla que la manzana, o con el mismo cuchillo, no se evitará la infección.
  • Observa los cambios de olor o color de un alimento; son señales de alarma.
  • Descongela los alimentos en la nevera, no fuera.
  • Consume inmediatamente la comida preparada y no la reserves a temperatura ambiente, ya que cuando los alimentos cocinados se enfrían a esta temperatura empiezan a proliferar los microorganismos. Cuanto más tiempo pasa, más peligro hay.
  • Lavar frutas y verduras bajo el chorro del grifo, incluso las que vamos a pelar, evita que la contaminación pase del cuchillo a la propia fruta o a otros alimentos.

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