Los expertos explican que un 30% de los casos de este problema del descanso se debe a unos malos hábitos antes de irse a la cama. Es decir, a una mala higiene del sueño, lo cual se puede revertir atendiendo a lo que hace el niño por la noche.
Estos expertos recomiendan a los padres vigilar el comportamiento de sus hijos para detectar estas situaciones.
Estos son algunos consejos con los que cuidar la higiene del sueño en los más pequeños y asegurar que cada día tiene un descanso reparador:
1- Practicar ejercicio. El ejercicio aeróbico moderado es el que aporta mayores beneficios. Un sistema que nos permite liberarnos del estrés y las preocupaciones diarias. Por eso, es fundamental que realicemos alguna actividad con la que nos sintamos cómodos y plenos como caminar, montar en bicicleta, bailar…
2- Tener una buena zona de descanso. Nuestro lugar de descanso tiene que ser un oasis de paz que nos permita una desconexión total. Tenemos que evitar estímulos externos móviles, portátiles y todo dispositivo electrónico para evitar el insomnio tecnológico.
3- Horarios y rutina. Nuestro cuerpo necesitar un horario establecido e intentar ir a la cama a la misma hora, en la medida de lo posible. Esto facilitará que el organismo entre en un estado de relajación ideal para dormir y despertarse reconfortado.
4- Tranquilidad. Los conflictos no son buenos en, pero menos ningún aspecto de nuestra vida, pero lo son aún menos para conciliar el sueño. Evita los conflictos y los malos pensamientos antes de irte a dormir, no pienses en nada negativo y date un respiro durante ese momento.
5- Evitar leer y mirar la televisión. El lugar de descanso solo debe ser asociado al sueño, de manera que debemos intentar realizar otro tipo de actividades en otro momento y lugar.
Redacción Pediatría y Familia