Las infecciones que se presentan en las vías urinarias, principalmente en la vejiga, suelen ser más comunes en niñas que en niños. Son causadas por bacterias externas que ingresan por la uretra y comienzan a multiplicarse.
Estas infecciones no se curan solas, por lo que es importante contar con una valoración médica. Afortunadamente, son fáciles de tratar y desaparecer en un plazo aproximado de una semana.
En los niños pequeños, el síntoma más frecuente de la cistitis, es la fiebre. Aunque puede presentar vómito, diarrea, irritabilidad e inapetencia. La mejor manera de realizar el diagnóstico, es mediante una prueba de orina que determine si existe infección de la vejiga o renal.
Los niños mayores a los dos años, pueden manifestar dolor o ardor a la hora de orinar, micción frecuente, dolor en el abdomen bajo o la espalda, fiebre o incontinencia. Para ambos casos, es de suma importancia recurrir al servicio de urgencias tan pronto como sea posible, para evitar que la infección se extienda.
El tratamiento
Generalmente, el tratamiento para la infección de las vías urinarias suele incluir antibióticos y un aumento en el consumo de líquidos para ayudar a eliminar las bacterias restantes. Evitar la contención de la orina por mucho tiempo y mejorar los hábitos de micción son las recomendaciones principales para prevenir estas incómodas infecciones.
En casa, podemos realizar la elección de algunos alimentos que evitan que los niños contraigan infecciones urinarias, sin embargo, es importante que todo este procedimiento sea bajo la supervisión de un profesional.
Procura que la medicina que se le administre al menor, sea la recetada por el pediatra en los tiempos indicados. Las infecciones urinarias pueden volver a ocurrir si no se tratan de la manera adecuada.