El apoyo a la salud emocional de las madres es esencial cuando dan a luz, ante las tantas emociones y miedos que atraviesan durante el proceso de gestación, parto y los cuidados del nuevo miembro de la familia.
Pero, por otra parte, los profesionales la salud deben estar atentos a que más allá de los procesos biológicos y hormonales que atraviesa una mujer cuando da a luz, si alguna sintomatología podría estar asociada a síntomas de depresión.
“La atención es mucho más meritoria si se trata de un neonato prematuro o que nació con una seria enfermedad”.
De hecho, un estudio del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) entrevistó a una muestra de madres con bebés nacidos en el intensivo neonatal, con cinco semanas o menos para identificar factores de riesgo relacionados a síntomas de estrés, depresión, ansiedad y/o falta de apoyo social.
“De los hallazgos de la investigación, se destacaron que 29% de las 70 entrevistadas reflejaron problemas de transportación o estrés causado mayormente por muerte cercana (27%), pérdida de trabajo (27%), dificultades económicas (25%) y unas 26 madres mostraron interés en asistir a grupos de apoyo”.
El estudio hace énfasis en que se deben entrenar a clínicos y a enfermeras para evaluar tanto atención a la conducta del bebé, pues los síntomas de depresión de la madre puede influenciar en el estado de salud del neonato y el que se evalúe periódicamente -la segunda y quinta semana de vida del bebé- el progreso de las madres.
Finalmente, el que se establezca un sistema de referidos hacia los profesionales de la conducta para atender a tiempo síntomas relacionados a depresión.
Del estudio fue parte la doctora Lourdes García, del Departamento de Pediatría en alianza con la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Redacción Pediatría y Familia