Frases para potenciar la autoestima de los niños

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Las frases, palabras y cosas que decimos a nuestros hijos son muy importantes para potenciar su autoestima y desarrollo personal. Debemos tener cuidado con ellas y pensarlas fríamente antes de comunicarles algo que pueda afectarles negativamente.

Por ello, es necesario que tengamos una lista de frases positivas que deberíamos repetir cada día a los pequeños.

Te quiero

Parece evidente que un padre quiera a su hijo, pero eso no basta, ha de saber comunicarlo. Existen padres a los que les cuesta más profesar su amor y no dicen “te quiero” tanto como deberían.

A pesar de que nosotros podamos ser más introvertidos y no necesitemos que nos estén recordando cada día lo mucho que nos quieren, es muy importante que seamos empáticos y sepamos que no todo el mundo es como nosotros y que, en el caso de nuestro hijo, sentirse querido será fundamental para su correcto desarrollo personal. Y, por supuesto, las palabras siempre han de ir acompañadas con las demostraciones.

Así que no lo dudes, recuérdale a tu hijo que es lo más importante de tu vida cada día y dile “te quiero” todas las veces que puedas. 

“Decir “te quiero” es una declaración con mucho peso y, al contrario de la creencia popular, un uso “excesivo” de esta frase jamás disminuirá su significado”.

No lo sé

A veces los padres tenemos una presión enorme por tener las respuestas a todo lo que se cuestione nuestro hijo. Sin embargo, no debemos sentirnos mal si, en ocasiones, no sabemos acerca del tema que nos preguntan. Y, por supuesto, es mejor decirles un “no lo sé” que inventarnos una respuesta.

Pero no debemos quedarnos ahí, tenemos que dar ejemplo y ser curiosos para que, en el futuro, lo sean nuestros pequeños. Y si no sabemos una respuesta, buscarla ya sea a través de Internet, de un diccionario o una enciclopedia. 

“El no saber no debe ser un impedimento sino un estímulo hacia la investigación y el aprendizaje

Además, es esta es una lección que debemos transmitir a nuestros hijos.

Por favor

Para enseñar a nuestros hijos que pedir no es lo mismo que exigir, es necesario que nos apliquemos el cuento y que nos bajemos del pedestal de autoridad y les pidamos, humildemente, las cosas por favor. De hecho, al utilizar esta fórmula, los niños percibirán nuestra demanda como una petición, en lugar de como una obligación, y obtendremos mejores respuestas por su parte.

Además, pedirles las cosas por favor no disminuye nuestra autoridad, sino que aumenta el respeto que un hijo siente hacia sus padres, al sentirse él mismo respetado.

Gracias

Todas las situaciones en las que pidamos por favor son perfectas también para dar las gracias. Son dos palabras que, como por arte de magia, van unidas y conforman las bases del respeto interpersonal. Pero gracias se puede usar sin necesidad de haber pedido algo por favor, simplemente como agradecimiento a algún detalle que hayan tenido nuestros hijos.

Es una forma de impulsarles a que lo vuelvan a hacer y demostrarles lo bien que sienta que alguien sea agradecido contigo, para que ellos también lo sean con vosotros y con otras personas.

Lo siento

Como ya hemos repetido en numerosas ocasiones, el mayor ejemplo a seguir de nuestros hijos somos nosotros, sus padres, por los que debemos ser los primeros en arrepentirnos si nos hemos equivocado. Es una forma de enseñarles a ser humildes, empáticos y críticos con ellos mismos.

Los niños han de ser capaces de vislumbrar cuándo han hecho algo mal y aprender de sus errores y, el primer paso para ello es identificarlos y saber disculparse.

Para transmitir esta lección, debemos aplicarnos esta tarea a nosotros mismos y si en algún momento nos equivocamos con nuestros hijos, pedirles perdón lo antes posible. No es una muestra de inferioridad, sino de humildad y de aceptación de nuestra imperfección. Y además, también aprenderán otra lección importantísima: saber perdonar.

Te escucho

A veces, los niños utilizan sus rabietas porque sienten que es la única forma de que sus padres les escuchen. Para evitar estas situaciones, debemos hacerles ver, e incluso decirles, que les estamos escuchando. Además, también es una forma de mostrar empatía y hacerles ver lo bien que se siente uno cuando alguien le presta atención. De esta forma, lograremos que el niño se comporte de la misma forma con nosotros.

¿Es cierto?

La pregunta “¿eso es cierto?” no es necesariamente común para los padres, pero debería serlo, ya que puede ayudar al niño a superar sus sentimientos negativos y que no entren en un bucle, puesto que es muy habitual que los niños construyan historias en los que ellos son las víctimas.

Además, es una forma de poner en duda y desafiar sus percepciones y que, a su vez, ellos también lo hagan y aprendan a visualizarse desde fuera y de forma crítica. Por ejemplo, si nuestro hijo nos dice “nunca consigo lo que quiero”, al preguntarle si eso realmente es verdad estamos interrumpiendo un pensamiento negativo para que el niño contemple matices positivos y reflexione sobre si esa afirmación tan contundente es del todo cierta.

En ocasiones, los padres abusamos demasiado de decir “no” como forma de reforzar su poder. Sin embargo, es muy importante, a su vez, decir “sí” y mostrarnos flexibles y razonables para que ellos aprendan a serlo. Además, decir “sí” es una de las maneras más efectivas y seguras de conseguir acercarnos más a nuestros hijos.

Esto no quiere decir que nunca debamos decir no, obviamente, existen situaciones en las que, por cuestiones educativas, de salud o seguridad, tenemos la obligación de decirles que no. Y no debemos ver nuestra negativa como un defecto ni sentirnos mal por ello. Simplemente tenemos que pensar en lo mejor para nuestros hijos y tomar las decisiones desde una posición de colaboración y no de dominio.



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