Cuidar los primeros dientes del bebé, conocidos como dientes de leche, evitará muchos problemas en su dentición definitiva.
“El uso prolongado del chupete y del biberón, así como el consumo permanente de zumos, o una incorrecta higiene durante los primeros meses de tu bebé, pueden desencadenar muchos problemas en su desarrollo bucodental”.
La formación e higiene de los dientes del bebé
Desde las primeras semanas de embarazo, se están formando en el interior de los maxilares los dientes de tu futuro hijo, aunque al nacer no sean visibles para vosotros. Más tarde, alrededor de los 6/8 meses de vida comenzarán a salirle sus primeros dientes de leche.
“Los últimos estudios en lo referente a la salud bucodental, aconsejan la higiene desde la lactancia -materna o de biberón-, limpiando cuidadosamente los restos de leche de sus encías con una gasa húmeda después de cada toma”.
Al aparecer sus primeros dientes de leche, los padres deben cepillárselos con un cepillo suave para bebés, sin pasta dentífrica y con una técnica adecuada, hasta los tres años y, al menos, dos veces al día.
Es un error muy común considerar los dientes de leche como algo provisional que no hay que cuidar, cuando en realidad la salud de los mismos es fundamental para el crecimiento general del niño.
Asimismo para una alimentación correcta, el aprendizaje de la pronunciación, el desarrollo de la autoestima y la socialización, y para la formación y colocación de la dentadura definitiva.
Por ello, la primera visita al dentista debe realizarse al cumplir el primer año de vida del bebé y desde entonces cada seis meses.
Adiós al biberón al cumplir el primer año
Alrededor de su primer cumpleaños debe desaparecer el biberón y utilizar regularmente el vaso.
Vuestro pediatra establecerá las pautas para modificar la alimentación e incorporar alimentos semisólidos y después sólidos pero, en general, desde que comienzan a salir los dientes, hay que empezar a darle alimentos para que aprenda a masticar y tenga buen crecimiento de todas las estructuras de la cabeza.
“Para evitar la caries del biberón, es muy importante evitar dar al bebé un biberón con leche o cereales cuando el niño está acostado, ya que los restos del alimento quedarán retenidos en la boca y pueden originar cuadros muy severos de destrucción dental”.
Durante la noche, la capacidad de auto limpieza de la boca disminuye, por lo que solo debe beber agua.
Por otro lado, no está de más recordar que si al nacer se opta por la alimentación materna estaréis favoreciendo el crecimiento de los músculos, huesos y el resto de las estructuras de la cabeza, pues la lactancia natural obliga al niño a realizar un tipo de movimientos muy beneficioso. Con la lactancia artificial es importante cuidar que la perforación de la tetina no sea grande.
El abuso de zumos daña los dientes del bebé
Quizá no te has planteado que la ingesta frecuente y continuada de zumos de frutas, naturales o envasados, puede ser perjudicial para la salud bucodental de tu hijo.
Esto es así porque, el ácido natural que contienen los zumos de frutas y las bebidas carbonatadas hace descender el pH de la boca, favoreciendo la erosión del esmalte. Además, las bacterias colonizan sobre el esmalte reblandecido y, con los azúcares naturales de los zumos, formarán ácidos capaces de lesionar el esmalte. La boca tiene mecanismos para compensar este ciclo elevando el pH en unos 20 minutos y remineralizando la superficie.
Por tanto, no supone ningún problema tomar un zumo de vez en cuando. Los problemas surgen cuando se toman “sorbitos” de zumo continuamente, de modo que las “caídas” continuas del pH hacen ineficaces los mecanismos compensadores previstos por la naturaleza.
Para finalizar, lo aconsejable es que la hidratación habitual que tu bebé necesita se la des mediante el agua y cuanto antes utilice el vaso, en vez del biberón, será mejor para que su desarrollo bucal sea el adecuado.