Ingrid Casas Dolz, MD | Psiquiatra de Niños y Adolescentes. Pasada presidenta de APPNA
El Trastorno por Déficit de Atención-Hiperactividad (TDAH) es una condición de neuro desarrollo y conducta que se caracteriza por dificultad marcada para prestar atención, inquietud excesiva e impulsividad. Es la condición de salud mental más común en niños y adolescentes. Aproximadamente de un 5 a 8% de los niños y adolescentes padecen de TDAH, aunque puede ocurrir en personas de cualquier edad ya que la condición muchas veces persiste hasta la adultez.
Es importante señalar que cualquier niño puede distraerse con facilidad, no prestar atención, actuar de manera impulsiva o ser hiperactivo. Sin embargo, el niño o adolescente que tiene TDAH muestra estos síntomas y este comportamiento de forma más frecuente y severa que otros niños de su misma edad o etapa de desarrollo, causando grandes dificultades en la escuela, en el hogar y en sus relaciones con los demás.
¿Cuáles son las causas del TDAH?
Aunque no se sabe la causa exacta para el TDAH, se ha encontrado que está relacionado a factores genéticos, déficits en funciones ejecutivas cerebrales, factores neuroanatómicos, factores neuroquímicos relacionados con la dopamina y norepinefrina, diversas complicaciones en el embarazo o el parto y las influencias ambientales y culturales.
¿Cuáles son las posibles complicaciones o consecuencias si no se trata el TDAH a tiempo?
- Bajas notas, pobre aprovechamiento académico
- Problemas de conducta
- Dejar la escuela o ser expulsado de la misma
- Tener menos amigos
- Tristeza, baja autoestima
- Accidentes de auto en adolescentes que conduzcan
- Uso de alcohol y drogas
- Actos delictivos, problemas legales
¿Cuál es el tratamiento para el TDAH?
El tratamiento para el TDAH usualmente es combinado. Los estudios científicos demuestran que los medicamentos suelen ser sumamente efectivos. Dentro de las categorías de medicamentos aprobados por la FDA para esta condición, existen los estimulantes (metilfenidato y anfetaminas) y los no-estimulantes (atomoxetina y agonistas alpha-2 de liberación extendida). Estos medicamentos varían en su mecanismo de acción y perfil de efectos secundarios y están disponibles en múltiples formulaciones y preparaciones, variando también de esta manera en su liberación y duración del efecto terapéutico (liberación inmediata, intermedia o prolongada).
Otras alternativas de tratamiento lo son la terapia psicológica, las intervenciones familiares, el tratamiento de otras condiciones de salud mental, los acomodos razonables u otras ayudas en la escuela y los grupos de apoyo para el TDAH.
Afortunadamente, un niño o adolescente diagnosticado con TDAH y que ha sido tratado de forma apropiada puede desarrollar su máximo potencial y tener una vida altamente productiva y exitosa.
¿Cuáles son los signos y síntomas del TDAH?
Dificultad para prestar atención o concentrarse. Falta de atención a los detalles; comete muchos errores por descuido. Parece que no escucha cuando se le habla. No sigue instrucciones, tiene dificultad para llevar a cabo varias órdenes a la vez. Pierde los materiales escolares; no termina las tareas. Dificultad para organizarse. Se distrae con facilidad. Es olvidadizo. Es inquieto, muestra dificultad para mantenerse sentado, siempre tiene que estar haciendo algo. Corre o trepa de manera excesiva. Dificultad para jugar tranquilo. Habla demasiado, interrumpe a los demás. No puede esperar su turno, es impaciente, contesta impulsivamente. Entre otros.
Los niños y adolescentes con TDAH también pueden presentar estas otras características, aunque no son criterios para el diagnóstico:
Accidentes o lesiones no intencionales (golpes, caídas). Se frustran con facilidad. Perretas o rabietas. Problemas para dormir. Manifiestan que están “aburridos”. Son arriesgados, parecen no medir consecuencias de sus actos.
Su conducta y concentración varían de acuerdo a la situación (ej, pueden estar concentrados en aparatos electrónicos por tiempo prolongado, pero su lapso de atención es corto cuando tienen que estudiar)
No existe una prueba que por sí sola diagnostique el TDAH. Se necesita de una evaluación completa para diagnosticar este trastorno y para descartar alguna otra condición médica u otro trastorno de salud mental (como por ejemplo Trastorno de Conducta, Ansiedad, Depresión y Problemas de Aprendizaje).