La rosácea es el enrojecimiento de la piel del rostro, generalmente que afecta a los adultos, pero también puede presentarse en bebés y niños.
No se ha determinado una causa en concreto que explique el por qué dé esta afección cutánea, sin embargo se han realizado estudios cuyos resultados demuestran que los componentes genéticos son influyentes.
Suele confundirse con episodio de enrojecimiento o rubor natural de la piel, pero en realidad es una anomalía de la piel que debe ser tratada. Además de la zona enrojecida, dentro los síntomas de la rosácea encontramos ojos hinchados e irritados, párpados hinchados y conjuntivitis u orzuelos.
Inicialmente, se percibe el enrojecimiento e inflamación de la piel del rostro en zonas como la nariz, mejillas y frente que aparece de manera súbita. La piel se torna sensible al tacto brindando la sensación, también, de ardor e irritación.
Algunas veces puede llegar a confundirse, ya que la rosácea se da generalmente en pieles claras. Al nacer, muchos niños pueden presentar enrojecimiento facial durante un par de días pero esta reacción no está relacionada con la rosácea, sino con el efecto de los rayos UV.
Tratamiento
La barrera cutánea de los niños que padecen rosácea suele ser disfuncional, es decir, no se encuentra en la capacidad de mantener la hidratación natural de la piel, por ello es que expertos recomiendan el uso de productos que permitan reponer esa hidratación y calmar la inflamación.
Evita aplicar productos sin supervisión médica, pues muchos contienen sustancias agresivos como el alcohol que pueden empeorar o irritar más la afección.
