El labio leporino y el paladar hendido son dos de las afecciones de nacimiento más comunes que se presentan actualmente. Ocurre cuando algunas de las facciones del rostro no se fusionan de la manera apropiada en el útero, y tiene como resultado una hendidura en el labio superior (labio leporino) o en el paladar (paladar hendido).
Los bebés que nacen con el paladar hendido y/o labio leporino requieren de un cuidado especial brindado por un equipo de especialistas de la salud. Aparte de la hendidura evidente físicamente, estas afecciones traen consigo dificultades médicas, dentales, qurúrgicas y sociales. Normalmente, se recurre a una operación para reparar el labio leporino cuando son bebés aún.
Los niños pueden nacer con solo el labio leporino, con solo el paladar hendido o con ambos a la vez (fisura labiopalatina). Frecuentemente, pueden verse afectado, no solo la apariencia de la cara, sino que tambén puede provocar problemas de alimentación y habla.
¿Cuál es su causa?
Una de las principales causas, es la predisposición genética que hay, es decir, los bebés son más propensos a nacer con labio leporino o paladar hendido si hay antecedentes familiares de alguna de estas afecciones.
Y en otros casos, se han destacado factores de riesgo como el consumo de bebidas alcohólicas o tabaco, la ingesta de algunos medicamentos, la obesidad y déficit de ácido fólico.
El labio leporino y/o el paladar hendido se pueden diagnosticar antes del nacimiento mediante las ecografías. La mayoría se han detectado durante la exploración de anomalías en el embarazo entre las semanas 18 y 21, aunque también es posible que no sean detectables hasta el nacimiento.
Los cuidados que se deben tener en cuenta
Ser padre de un niño con labio leporino es considerado, por muchos, como un verdadero reto. Actividades tan comunes como la alimentación aumentan el grado de dificultad, porque los niños succionan débilmente y requieren de utensilios especiales.
Sin embargo, un niño con labio leporino o paladar hendido, puede amamantarse o tomar biberón sin ningún tipo de inconveniente. El reto puede aumentar cuando se amplíe la variedad de alimentos que consume.
Varios especialistas pueden brindar atención oportuna durante las diferentes etapas en el crecimiento, de manera que son personas idóneas para realizar el acompañamiento ante esta situación. Inicialmente, se debe consultar con un equipo craneofacial tan pronto como sea posible.
Un factor importante a tener en cuenta, es el crecimiento y la alimentación del bebé hasta ese punto.
La intervención quirúrgica
La Asociación Americana de Pediatría recomienda que la cirugía se realice durante el primer año de vida. El labio leporino se repara entre los 3 y 6 meses de vida, dependiendo de diferentes factores que se tienen en cuenta relacionados con la salud.
Por otra parte, el paladar hendido se repara entre los 9 y los 14 meses de vida. El tiempo exacto lo decidirá el equipo de profesionales craneofaciales, con base en el desarrollo del niño. El tiempo adecuado para un niño, no necesariamente es el mismo para otro.
El tratamiento no basta con solo la reparación del labio leporino o el paladar hendido, pues es posible que se requieran de más intervenciones quirúrgicas durante el crecimiento. De hecho, hay casos en los que las consultas con el equipo craneofacial se llevan a cabo hasta la adultez, de ahí la importancia de la atención frecuene y personalizada.