Según la pediatra Meg Meeker, autora del libro “Los 10 hábitos de las madres felices”, la felicidad comienza con una buena autoestima, salud física y mental, valores positivos, el amor a la vida, la fe en Dios y encontrar la esencia en los pequeños detalles.
La doctora Meg Meeker aboga por un cambio basado en unos hábitos positivos para disfrutar más de la vida y de los hijos y propone lo siguiente.
1. Valorarse como madre. Según afirma Meg Meeker, si todas las madres pudieran comprender su verdadero valor como mujeres y como madres sus vidas nunca volverían a ser las mismas. Para conseguir esta valoración es necesaria un poco de autocrítica y entender bien la humildad para valorarnos.
2. Cuidar las buenas amistades. Es importante tener un círculo interno y externo de amigas que sean modelos de vida. Las amistades son una fuente inagotable de cariño, afecto, compañía, comprensión… Las mujeres que tienen amigas se sienten, en definitiva, más felices
3. Valorar y practicar la fe. Meg Meeker reconoce que la fe es algo que le cuesta porque tener fe supone esencialmente “una falta de control”. Necesitamos fiarnos de algo o de alguien y eso se escapa a nuestro control. Para adquirir el hábito de tener fe, Meeker propone enraizar nuestra fe en una verdad que se adecue a nuestro sentido común y a nuestro intelecto, es decir, huir de la “fe ciega”, tomártela como algo personal, entendiendo la fe desde un sentido personalizado.
4. Dejar de competir. Para conseguir el hábito de dejar de competir Meg Meeker propone empezar por reconocer la envidia y erradicarla a base de elogiar a los demás, centrándonos en la plenitud y esforzándonos por ser deliberadamente buenas.
5. Tener una relación sana con el dinero. Para establecer una relación sana con el dinero, esta autora propone no basar la seguridad en el dinero, sino en el afecto de los demás y buscar la felicidad en casa, no en el dinero, quitándole el poder que tiene sobre nosotras.
6. Buscar tiempo para la soledad. Para encontrar un momento diario para la soledad, Meg Meeker propone comenzar con ratos pequeños, en un lugar tranquilo, que te permita relajar tu mente y profundizar en tus pensamientos. Las madres necesitamos estar solas porque la soledad permite distanciarnos de las tensiones diarias y mirarlas desde una perspectiva diferente.
7. Dar y recibir amor de manera saludable. Meg Meeker propone cuatro pautas para adquirir el hábito: arriesgarse de forma calculada, no tomarse a los seres queridos tan a pecho, aprender a interpretar a los demás y dejar que los demás te interpreten y dar cariño aun cuando no se tengan ganas.
8. Aprender a vivir de forma sencilla. Las madres necesitamos sencillez, entendida como sencillez interior, es decir, debemos romper con todos esos mensajes que nos obsesionan: adelgaza, haz más cosas, gana más dinero, sé sexy. Para conseguirlo es preciso identificar y vivir realmente tus prioridades, cambiar tu manera de hablar, ya que lo decimos afecta a lo que pensamos y al modo de comportarnos.
9. Liberarse del miedo. ¿De dónde provienen la preocupación y la ansiedad? La preocupación proviene del miedo y el miedo surge en alguna parte del cerebro cuando necesitamos protegernos o huir de un peligro. Cuando el objetivo es liberarse del miedo, el primer paso que debemos dar es aislarlo, delimitándolo con una serie de preguntas que puedan derrumbarlo. Para conseguirlo debes ser extremadamente sincera y trazar un plan de desensibilización hacia ese miedo.
10. La esperanza es una decisión. Meg Meeker sugiere fomentar una actitud de agradecimiento, aprender a confiar, esperar a que llegue lo bueno y enfrentarse a los pensamientos negativos.