Algunas investigaciones sostienen que el bebé o los bebés recién nacidos pueden reconocer a su mamá a través de su voz casi inmediatamente después de nacer.
Dentro de ella, durante nueve meses, ha podido sentir y descubrir las primeras cosas que aprenderá en su futura vida. Además, los recién nacidos que son amamantados se familiarizan en muy poco tiempo con el aroma singular de sus madres.
Sin embargo, tardará algunas semanas para que el bebé pueda reconocer visualmente a sus padres.
“Cabe recordar que al nacer, el bebé solo puede ver claramente lo que está a una distancia de 20 a 30 centímetros de sus ojos”.
Es esa la distancia perfecta para estudiar el rostro de sus padres para conocerlos mejor.
Más allá de esa distancia, sus ojos no percibirán nada nítido, sino formas borrosas que con el tiempo empezarán a esclarecerse y tomar sentido.
Por lo tanto, “es importante ponerse cerca de ellos durante las primeras semanas de vida, para que sus padres empiecen a tomar forma en su mente”.
Por otra parte, reconocer al padre le costará un poco, sin embargo, el vínculo con él se hará cada vez mayor. Hay que tener en cuenta que esa es una fase que hay que ir profundizando, ya que para el bebé todos los hombres y mujeres son iguales, menos su mamá, quien es a la única persona que distingue en el mundo.
La visión del bebé seguirá mejorando a lo largo de su primer año de vida. Para cuando tenga 8 meses, logrará reconocer a sus padres y a las personas con las que tenga más contacto desde el otro lado de la habitación.
Redacción Pediatría y Familia
