¿Cómo usar los antibióticos en los niños?

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Los antibióticos son medicamentos que destruyen las bacterias o impiden su crecimiento y, como consecuencia, curan la enfermedad causada por éstas”. 

Hay diferentes tipos, unos son adecuados para combatir varias bacterias (antibióticos de amplio espectro) y otros son específicamente para eliminar una sola.

“Es importante saber que, con el paso del tiempo, el mal uso de estos fármacos está generando bacterias resistentes a su acción – algunas incluso a varios tipos de antibióticos -, lo que supone un serio problema de salud pública”.

Además, la ineficacia de estos medicamentos puede condicionar que un enfermo no tenga tratamiento adecuado, que la bacteria permanezca en su organismo y se transmita a otras personas, que se precisen nuevos estudios (más tiempo e inversión) en busca de otros fármacos que combatan la misma enfermedad o que intervenciones como los trasplantes o la cesárea no puedan realizarse con seguridad.

Aun con esto, debes tener en cuenta una serie de recomendaciones antes de darle un antibiótico a tu hijo. A continuación un breve manual de uso:

  • Precisa la receta

Dáselos sólo si lo indica su pediatra. Este tipo de medicamentos son de sumo cuidado, por ello no le des un medicamento si su doctor no lo ha aprobado.

  • No interrumpas el tratamiento

Aunque el niño ya se encuentre mejor, termina la pauta marcada por el médico. Tampoco le des más días si te ha sobrado fármaco.

  •  No reduzcas la dosis pautada

La dosis que te haya indicado el médico está calculada para el peso corporal de tu hijo. Menos cantidad puede suponer ineficacia.

  • Mantén la frecuencia correcta

Atente, cuanto puedas, al horario de uso: si es cada 8 horas, dáselo cada 8 horas, es decir tres veces al día; si es de los de 24 horas, deberás dárselo una vez al día.

  • Recuerda que pueden causar diarrea

Es un efecto secundario habitual de los antibióticos; coméntaselo al pediatra pero no suspendas el tratamiento sin su permiso.

  • Algunos pueden mezclarse

Existen antibióticos que pueden mezclarse con zumo, leche, entre otras sustancias. Sin embargo, no lo pongas en el biberón, ya que si deja algo no sabrás si ha tomado la dosis.

  • Guárdalo en un lugar seguro

Para los más pequeños el antibiótico suele ser un polvo que se mezcla con agua y que debes guardar en la nevera. Si sobra, no lo conserves, pero tampoco lo tires, llévalo al punto SIGRE (sigre ha diseñado y fabricado un contenedor especial para la recogida de los envases y restos de medicamentos) de tu farmacia.

Redacción Pediatría y Familia

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