¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene un hueso roto?

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Aunque la palabra fractura puede sonar grave, es sólo otro nombre para un hueso roto. Como seguramente recordará de su propia niñez, las fracturas son muy comunes. De hecho, son la cuarta lesión más común entre niños menores de seis años. Las caídas causan la mayoría de las fracturas en este grupo de edad, pero las fracturas de hueso más graves suelen ser resultado de accidentes en auto.

Un hueso roto en un niño es diferente que uno en un adulto, porque los huesos jóvenes son más flexibles y tienen una capa más gruesa, lo que les permite absorber mejor los golpes. Las fracturas en los niños raras veces necesitan reparación por medio de cirugía. Por lo general, solo es necesario inmovilizarlas, casi siempre mediante el uso de un yeso moldeado.

Tipos de fracturas

La  mayoría de fracturas en niños son ya sea fracturas “de rama/tallo verde”, en la cual el hueso se dobla como la madera verde y se rompe solo de un lado, o fracturas “por torsión”, en las que el hueso se tuerce, gira y debilita, pero no se rompe por completo. Una fractura “de doblez” se refiere a un hueso que se dobla pero no se rompe, y también es relativamente común entre niños. Las fracturas “completas”, en las que el hueso se rompe por completo, también ocurren en los niños.

Debido que los huesos de su hijo siguen en crecimiento, es vulnerable a otro tipo de fractura que no ocurre en los adultos. Esto implica daño a las placas epifisiarias (placas de crecimiento) en los extremos de los huesos, las cuales regulan el crecimiento futuro. Si esta parte del hueso no sana adecuadamente después de la fractura, el hueso puede crecer con cierta inclinación o más lento que los otros huesos del cuerpo. Lastimosamente, el impacto sobre el crecimiento del hueso puede no ser visible por un año o más después de la lesión, por lo que estas fracturas las debe controlar de cerca el pediatra durante doce a dieciocho meses para asegurarse de que no haya daño en el crecimiento.

Las fracturas que involucran lesiones a la placa epifisiaria a veces requieren cirugía para minimizar el riesgo de problemas del crecimiento en el futuro. Las fracturas alrededor del codo suelen hacer que el brazo no sane normalmente, causando una posición torcida. Muchas requieren cirugía para minimizar este riesgo. Los niños con fracturas cerca del codo pueden ser remitidos a un especialista ortopédico.

Las fracturas también se clasifican como “no desplazadas”, cuando los extremos rotos siguen estando en la posición correcta, o “desplazados” cuando los extremos están separados o no alineados. En una fractura “abierta” o “compuesta”, el hueso atraviesa la piel. Si la piel está intacta, la fractura es “cerrada”.

Señales y síntomas

1.  Inflamación: dentro de los primeros síntomas de un hueso se encuentra la inflamación del área afectada. Dependiendo del tipo de fractura, se puede salir o no el hueso a través de la piel o de su lugar.

2. Dolor: el niño no utilizará la extremidad o articulación afectada por la fractura. Algunos niños no manifiestan dolor en el instante preciso pero a medida que pasan los minutos u horas, es probable que experimente este signo.

3. Inmovilidad: cuando se rompe un hueso, resulta imposible mover total o parcialmente el área afectada. Sin embargo, este signo también se presenta en lesiones que no son necesariamente una fractura.

Es conveniente que ante un fractura, se cree un cabestrillo o una tablilla improvisada en casa para prevenir complicaciones en el hueso roto. En ningún caso intenta reacomodar los huesos -si salen bajo la piel- o si notas que están desencajados. Tampoco administres ningún fárm

Tratamiento en casa

Hasta que a su hijo lo puedan atender en el consultorio del pediatra, la sala de urgencias o el centro de atención de urgencia, use un cabestrillo improvisado o un periódico o revista enrollados como tablilla para proteger la lesión del movimiento innecesario.

No le dé nada de beber ni para aliviar el dolor sin antes consultar con el médico, pero si su hijo ya es un niño mayor, puede usar una compresa fría o una toalla fría sobre la lesión para reducir el dolor. El frío extremo puede producir lesiones a la delicada piel de los bebés y niños pequeños, así que no use hielo con un niño tan pequeño.

Si su hijo se fracturó la pierna, no intente moverlo usted mismo. Llame al 911 para pedir una ambulancia. Deje que los paramédicos supervisen su traslado y hagan que su hijo esté lo más cómodo posible.

Si parte de la lesión está abierta y sangra, o si el hueso atravesó la piel, presione firmemente sobre la herida y luego cúbrala con una gasa limpia (preferiblemente esterilizada). No intente regresar el hueso por debajo de la piel. Después de tratar la lesión, esté pendiente si hay fiebre, lo que puede indicar que la lesión se infectó.

Tratamiento profesional

Después de examinar la fractura, el médico pedirá que se saquen radiografías para determinar la extensión del daño. Si el médico sospecha que la placa epifisiaria está dañada, o si los huesos están desalineados, será necesario realizar una consulta ortopédica.

Debido que los huesos de los niños sanan rápido y bien, un inmovilizador de yeso o fibra de vidrio, o a veces solo un entablillado, es lo único que se necesita para la mayoría de fracturas sencillas. Para una fractura desplazada, es probable que un cirujano ortopédico tenga que realinear los huesos. Esto se puede hacer como una “reducción cerrada”, en la que el cirujano usa anestesia local o general, manipula los huesos hasta que estén rectos y luego coloca un yeso. Una “reducción abierta” es un procedimiento quirúrgico que se hace en una sala de operaciones, pero raras veces es necesario en niños.

Después de la reducción quirúrgica, se usará un yeso hasta que el hueso haya sanado, lo cual generalmente toma cerca de la mitad del tiempo que necesitan los huesos de los adultos, dependiendo de la edad del niño. Lo bueno de los huesos jóvenes es que no tienen que estar perfectamente alineados. Siempre y cuando estén más o menos en el lugar correcto, se corregirán a medida que crecen. Es probable que el médico ordene radiografías periódicas mientras el hueso sana, solo para asegurarse de que se estén alineando bien.

El yeso suele brindar alivio rápido o por lo menos reduce el dolor. Si aumenta el dolor, hay adormecimiento o los dedos de las manos o los pies se tornan azules o pálidos, llame inmediatamente al médico. Estas son señales de que la extremidad se inflamó y necesita más espacio dentro del yeso. Si el yeso no se ajusta, la inflamación puede presionar los nervios, músculos y vasos sanguíneos, lo cual puede producir daño permanente. Para aliviar la presión, el médico puede partir el yeso, abrirle una ventana o cambiarlo por uno más grande.

También hágale saber al médico si el yeso se rompe o se afloja mucho, o si se humedece o moja. Sin un ajuste seguro y adecuado, el yeso no sostendrá el hueso roto en posición para que sane correctamente.

Los huesos que se han roto varias veces suelen formar un nudo duro en el sitio de la fractura durante el proceso de recuperación. Especialmente con una clavícula rota, esto puede verse desagradable a la vista, pero no hay un tratamiento para esto, y el nudo no será permanente. El hueso se remodelará y retomará su forma normal en unos cuantos meses.

Fuente Caring for Your Baby and Young Child: Birth to Age 5

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