Redacción Pediatría y Familia
Todos sabemos que vivimos en una época de cambios veloces, tiempo limitado y muy pocas oportunidades para compartir en familia. Aunque esto es un hecho difícil de cambiar, es muy importante mantener un espacio del día y varios durante la semana para compartir, jugar, conversar y así estrechar nuestros lazos familiares. En la medida en que nuestros pequeños perciban el interés y amor que sentimos hacia ellos, nuestros pequeños harán lo posible por retribuirlo.
Como opción -aprovechando que inicia el invierno y pasamos un buen tiempo en casa- presentamos una alternativa útil para todos los miembros de la familia. Se trata de juegos de relajación, una opción práctica de hacer ejercicio pero también, una técnica conocida por sus resultados para reducir el estrés. Sin embargo, para los niños el beneficio es mucho mayor: aprenden a controlar sus emociones, fortalecen su concentración y les enseñan a interactuar con su entorno.
Ante la aparición de estos juegos de relajación, los especialistas afirman que los niños son los más perjudicados con el estilo de vida actual. No es un secreto que los pequeños ya no corren, saltan, gritan y se ríen a carcajadas mientras -sin saberlo- liberan su tensión.
Juegos alternativos para relajar a la familia
Por eso, para que todos los miembros de la familia dejen a un lado el estrés, presentamos estas opciones. Seguro pasarán un rato entretenido y querrán inventar sus propias maneras de disfrutar y relajarse.
1. Recortar, arrugar, doblar papel
Fortalecer la motricidad es algo que el niño realiza sin darse cuenta. Cada vez que el pequeño toma un objeto, colorea o levanta sus juguetes, son espacios en los que los músculos de sus manos adquieren fuerza. Por eso, los terapeutas afirman que este ejercicio le va a gustar toda la familia. Solo deben buscar lápices, marcadores y colores además de hojas de papel que estén en blanco.
El objetivo es que cada uno realice sus propios dibujos, rayas o garabatos sin ningún tipo de orden. Entre más líneas, colores y fuerza se use al hacerlo, más tensión se estará liberando. Después, se debe arrugar y aplastar la hoja hasta que quede con la forma similar a una masa. ¡Estos movimientos además ayudan a liberar energías negativas!
2. Colorear mandalas
No importa que tu niño se salga de la línea o que no quiera llenar todos los espacios vacios. De acuerdo con los terapeutas, colorear mandalas se ha convertido en una de las actividades de relajación predilectas en todo el mundo. No solo porque favorece la concentración sino porque ayuda a fortalecer la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales.
Los mandalas pueden descargarse de cualquier página web o pueden encontrarse en libros diseñados para esta actividad, con precios para todo público. Se recomienda acompañar esta actividad con música suave de fondo o un audiolibro para niños.
3. La tortuga
Este ejercicio está diseñado para que los más pequeños aprendan sobre su cuerpo y emociones. La dinámica consiste en hacerle creer que es una tortuga que va saliendo de su caparazón a descubrir el mundo. Lo único que se debe hacer es lograr que el pequeño se imagine que es una tortuga, mientras camina por el espacio.
Mientras camina, debe decir que está viendo, con quién se encontró y cómo se siente. Después se le pide un momento de quietud y se le pide que respire -pausadamente- inhalando por la nariz y exhalando el aire por la boca. Al terminar la actividad, se le pide que se acueste en el suelo, boca arriba y cierre sus ojos para descansar.
Seguro se sentirá totalmente relajado y estará listo para continuar su semana o iniciar una nueva.
¿Qué esperas para intentarlos?