Aunque no lo creas, así lo afirma una nueva investigación llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Washington (Estados Unidos). El propósito de dicho estudio era averiguar el desarrollo de funciones complejas en el proceso de crecimiento del bebé, necesario para asegurar su supervivencia -si estuviéramos en un entorno más hostil, en la naturaleza-.
De acuerdo con Philippe Hujoel, en declaraciones al portal web infosalus.com, “la lactancia materna optimiza el proceso que experimenta el cerebro al solidificar la capacidad de dar. Eso es importante porque proporciona una línea de evidencia independiente de que la lactancia materna puede durar de seis a nueve meses” Sin embargo, esto no quiere decir que dar el pecho al bebé es el factor más influyente a la hora de determinar si será diestro zurdo.
¿Cómo se elige el lado preferido?
Al proceso de elección de la ‘mano preferida’ o ‘lado preferido’ del niño se le conoce como lateralidad o dominancia. Y si bien todos los niños nacen siendo ambidiestros, el proceso de definición de su lado dominante solamente se consolida cuando el niño ronda los 4 – 5 años y se manifiesta -por lo general- cuando se aprende a escribir. Sin embargo, durante los meses posteriores al nacimiento, el bebé comenzará a tomar objetos con su mano preferida, lo que da una idea sobre su lateralidad.
En el estudio que mencionamos en este artículo, los expertos llegaron a la conclusión tras analizar el comportamiento de 60.000 madres y bebés, de acuerdo con ciertas funciones cerebrales. “La investigación arroja luz sobre cuándo la región del cerebro que controla la habilidad con las manos se localiza en un lado del cerebro, un proceso conocido como lateralización cerebral. Posiblemente, según la investigación, la lactancia optimiza esta lateralización para convertirse en diestro o zurdo”, recalcó el experto a infosalus.com.
También no es un resultado concluyente. Esta investigación deja en evidencia otros posibles efectos de la lactancia y no se asegura que sea un factor detonante en la lateralidad del niño, teniendo en cuenta que otras investigaciones han comprobado que la genética también influye en este aspecto.