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Mucho se habla de proteger la piel del sol, recomendando el uso del protector solar. Pero ¿qué sabes de la protección para los ojos?
Los padres y madres en su función de proteger a sus hijos siempre están pendientes de la piel, ignorando que los ojos son 20 veces más sensibles, especialmente en los niños que no se han desarrollado completamente.
Los optómetras aseguran que la protección ocular durante la infancia previene futuras enfermedades como cataratas, fotosensibilidad, entre otros. Además, argumentan que, durante el verano, el 98% de los niños son expuestos al sol sin el uso de gafas.
Las gafas son más que un accesorio
El medio medicinatv.com publicó en un reportaje que:
“Las gafas de sol son un artículo de salud, no sólo de moda”. Es lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de comprar unas gafas de sol para niños. Según Fabio Delgado, “tenemos que descartar totalmente, pero de raíz, la idea de comprar las típicas gafas de sol de juguete. A veces los padres recurren al top manta o los mercadillos, porque piensan que total, les van a durar dos días y son más baratas. Es un error. Pueden causar problemas y ser una opción peor que ir sin protección”.
Las gafas de sol de juguete que podamos adquirir en el top manta o mercadillos dilatan todavía más la pupila, que en los niños ya es de por sí más grande, dejando entrar más cantidad de rayos UV hacia el interior del ojo. Con ello, “el daño es mayor”.
Recomendaciones para el cuidado de los ojos
- El lente debe cumplir con la norma CE y filtro El color de las gafas de sol no es sinónimo de filtro UV. La marca CE (es el estándar mínimo de garantía) y debe aparecer claramente el número de filtro que poseen (del 0 al 4).
- El uso de gorras o sombreros es importante para mitigar la luz del sol.
- No mirar directamente al sol.
- Son aconsejables lentes marrones o grises ya que son los colores que menos modifican los tonos.
