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uando un bebé llora es por una razón. El problema es que muchos papás no lo entienden y terminan desesperándose con el llanto desconsolado de su hijo.
Ante el drama, su mayor deseo es que pueda hablar y les diga qué le sucede. Lo que ignoran, es que esas lágrimas son su lenguaje.
“Muchas veces las mamás no están conscientes de eso y nunca saben lo que les está tratando de decir”, indica la educadora perinatal Paulina González de Marcos.
Al principio, el pequeño sólo dispone de esa herramienta para comunicarse con sus padres y solicitarles la atención a sus necesidades básicas.
“A través del llanto comunican cuando tienen hambre, frío o calor, sueño, cólico o se sienten mal “, señala la especialista.
Generalmente, las mamás primerizas muestran poca tolerancia a esta forma de expresión, porque no están familiarizadas con ella. Al no saber cómo actuar, el menor continúa llorando con insistencia, y ambos terminan angustiados.
“El bebé se siente impotente de transmitir sus necesidades y las mamás se estresan, incluso pierden la paciencia cuando realmente él sólo está indicando que sus necesidades no han sido cubiertas”, explica González de Marcos.
Pero en la medida en que se dediquen a su hijo, serán capaces de identificar sus necesidades y de resolverlas inmediatamente, sin que el bebé tenga que romper en llanto.
Avisos sonoros
Antes de llorar, los chicos emiten ciertos balbuceos o lloriqueos que señalan una necesidad específica.
De acuerdo con el método Dunstan, creado por la mezzosoprano australiana Priscilla Dunstan, los recién nacidos producen cinco sonidos diferentes para avisar cuando tienen hambre, incomodidad, sueño, cólico o necesitan eructar.
El método es una guía universal que ayuda a los padres a entender al bebé en sus primeros tres meses de vida, ya que después de esta edad empiezan a vocalizar sus primeras palabras.
Tal vez, al principio, las madres primerizas tengan dificultad para distinguir exactamente cada sonido, pero con la práctica logran identificarlos fácilmente.
Una vez que comprenden lo que su bebé necesita , evitan que llegue a los llantos incontrolables.
“Cada bebé es diferente”, advierte, por su parte, la educadora perinatal Angie de Gaytán.
“El método te sirve cuando son recién nacidos, pero cuando crecen dejas de pensar en el método y te guías por tu instinto”, señala.
Identifícalos
Los cinco sonidos propuestos por el método Dunstan, son:
Neh . Indica que el bebé tiene hambre. Algunos bebés pronuncia ‘na’ en lugar de ‘ne’. Será cuestión de percibir el sonido nasal.
Owh . Advierte que el bebé está cansado o tiene sueño. La mejor forma de identificar el sonido es fijarse en la forma oval de la boca, como pronunciando una ‘o’.
Eh . Sugiere que el bebé quiere eructar. Es un sonido que por lo general se acompaña de una pequeña sacudida en el pecho.
Eairh . Indica que el bebé tiene gases internos. Es un sonido más urgente y estresante (eirj) que suele acompañarse de una mueca de dolor.
Heh . Señala que el bebé se encuentra incómodo, ya sea porque tiene frío, calor, necesita un cambio de pañal o de postura. Suele escucharse como ‘je’ o ‘jej’.
Respuesta inmediata
Paulina González de Marcos, educadora perinatal, señala que es importante que las mamás aprendan a escuchar al recién nacido para que detecten sus sonidos iniciales.
“Por lo general, las mamás primerizas tienen mucha gente alrededor dándoles indicaciones y diciéndoles qué hacer. Eso las pone más nerviosas”, comenta.
“Manténganse tranquilas, no se estresen y procuren estar a solas con su bebé y su marido”.
La lactancia favorece la conexión entre madre e hijo. Entre más cerca estés de él, más fácil será la comunicación.
“Sean perceptivas, pongan atención a sus balbuceos, descubran su lenguaje para que el bebé sienta que son capaces de atender sus necesidades y no se la pase llorando por horas”, menciona González de Marcos.
“No hay que dejarlos llorar. Hay que cubrir sus necesidades, porque el desarrollo de su confianza se va a fundamentar en la respuesta inmediata a su llanto”, sugiere.
Fuente: MARÍA FERNANDA TORRES/AGENCIA REFORMA