Es normal que, como padres siempre quieran lo mejor para sus niños y por esto se debe intentar aprovechar cada instante para ayudarlos a desarrollar desde temprana edad la mayor cantidad de destrezas posibles.
Sin embargo, los primeros días de vida no lo podrás hacer, pues tu pequeño pasará la mayor parte del tiempo durmiendo y solo despertará para que lo alimentes. Disfruta estos instantes, porque en realidad crece muy rápido, descansa cuando él lo haga y a la hora de la lactancia no dudes en demostrarle todo tu amor a través de caricias.
Con el paso de los días, verás cómo tu niño empieza a estar mucho más despierto y a reaccionar ante los sonidos de su entorno, particularmente cuando escuche la voz de papá y mamá.
Tu hijo tendrá la capacidad de escuchar desde su primer día de vida, por lo que, debes aprovechar cuando este despierto para hacer suaves sonidos muy cerca de él vigilando que intente mover su cabeza o que sus ojos se giren hacia el lado de donde proviene.
Su visión los primeros días será borrosa, por esto, es importante que acerques objetos como muñecos, figuras de papel, cubos o marionetas a una distancia cercana mientras supervisas que sus ojos sigan el movimiento suave que vas realizando, otra manera de comprobar que la visión de tu pequeño está bien, es estableciendo conversaciones con él y sonriendo para ver si él con gestos y con su mirada te sigue.
Sus ojos responderán a colores como el rojo y el negro y su oído lo puedes estimular con música especialmente creada para este fin o con las tradicionales rondas que han estado siempre presentes.
Recuerda que la estimulación diaria y constante con objetos de un tamaño adecuado para sus manos y con diferentes texturas son lo mejor para iniciar en casa la estimulación temprana, que en unos años te demostrará los beneficios de practicarla.
