El dengue es una infección vírica transmitida por un mosquito llamado Aedes aegypti, que afecta a bebés, niños, adultos y mujeres embarazadas, quienes pueden pasar el virus al feto durante la gestación o en el momento del parto provocando efectos dañinos como el nacimiento prematuro, bajo peso en el recién nacido o incluso, hasta la muerte.
Aunque no es frecuente la mortalidad de esta enfermedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegura que aproximadamente la mitad del mundo la padece, y que, la mayor incidencia la tienen los países tropicales de Asia y América Latina.
Después de la picadura, los síntomas más frecuentes son la fiebre, congestión nasal, tos e irritación de la piel. Sin embargo, los más graves son:
- Fiebre de más de 40°C.
- Intenso dolor de cabeza.
- Dolor detrás de los globos oculares.
- Dolores musculares y articulares.
- Náuseas y vómitos.
- Agrandamiento de los ganglios linfáticos.
- Salpullido en la piel.
Cómo evitar el contagio en niños y mujeres embarazadas
Es importante saber que este virus no se contagia de persona a persona, pero sí a través del Aedes aegypti, que sale normalmente al amanecer y atardecer, así que es recomendable que durante estas horas las personas tengan prendas largas de colores claros.
Además, los niños mayores de dos años deben usar repelente, evitar los perfumes y mantener cerradas las ventanas.
En la actualidad no hay un tratamiento para el dengue y varias vacunas se encuentran en fase de ensayo, por lo que es muy importante la detección temprana y la asistencia médica para evitar el riesgo de mortalidad.