Por: Redacción Pediatría y Familia
Investigadores del Instituto de Ciencias del Aprendizaje y el Cerebro (I-LABS) de la Universidad de Washington, han demostrado en un experimento que los niños que juegan a seguir el ritmo de la música mejoran sus habilidades cognitivas. Según los científicos, estas experiencias musicales tempranas pueden tener un efecto más global en la inteligencia del bebé.
En el transcurso de un mes, 39 bebés asistieron con sus padres a 12 sesiones de juego de 15 minutos. 20 de ellos fueron asignados al grupo de música, en el que sonaban canciones infantiles mientras que un investigador guiaba a los bebés y a sus padres para marcar el ritmo con la música.
Mientras tanto, los 19 bebés del grupo de control asistieron a unas sesiones de juego sin música. En su lugar, jugaron con coches de juguete, bloques y otros objetos que requerían movimientos coordinados.
Una semana después de que las sesiones de juego terminaran, se midieron las respuestas del cerebro de los bebés, a través de una magnetoencefalografía (MEG). Los bebés escucharon una serie de músicas y sonidos del habla, cada uno en un ritmo que era interrumpido de vez en cuando.
Los investigadores centraron sus análisis en dos regiones del cerebro, la corteza auditiva y la corteza prefrontal, importante para las habilidades cognitivas tales como el control de la atención y detección de patrones. Los bebés en el grupo de música tuvieron respuestas cerebrales más fuertes en comparación con los bebés del grupo de control. Esto sugiere que la participación en las sesiones de juego con música mejoró la capacidad de los bebés para detectar patrones de sonidos.