Vivimos rodeados de héroes anónimos, que no dudan en dedicar su vida a los demás. Es el caso de Renee, enfermera en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal del Hospital de Marietta, en Georgia (EEUU).
Renee ha dedicado toda su vida a cuidar a bebés prematuros en esos primeros días de lucha por la vida. Madruga, acude con una amplia sonrisa al hospital y le ofrece a los pequeños lo mejor que tiene: su amor.
Los niños a los que Renee salvó, le dan las gracias
Sabemos que los héroes de nuestro día a día actúan porque sí, porque les sale de dentro. No buscan reconocimiento ni siquiera que les den las gracias. No piden nada a cambio. Sin embargo, en esta vida hay algo que jamás deberíamos olvidar: ser agradecido. La gratitud es un valor fundamental que debemos inculcar a los niños desde pequeños. Para eso, nada mejor que el ejemplo.
Un grupo de padres, agradecidos por las cientos y cientos de horas que Renee dedicó a sus hijos en un momento crucial, decidieron llevar a sus hijos para que fueran ellos, en persona quienes le dieran las gracias.
La importancia del cariño para los bebés prematuros y el valor del agradecimiento
Numerosos estudios han demostrado que los bebés prematuros mejoran de forma más rápida ante estímulos de calor y cariño de las personas más cercanas a ellos. Una caricia, un abrazo, un beso, mantenerlo abrazado piel con piel al pecho… Lo mejor, por supuesto, es el contacto con sus padres, pero en los primeros días tras el nacimiento prematuro, los bebés deben estar aislados. Son minutos que determinarán si el bebé conseguirá sobrevivir o no. En esos momentos, la labor de médicos y enfermeras es importantísima.
Tan importante es recibir cariño como aprender a devolverlo después. Los bebés prematuros no saben quién es Renee, pero sus padres podrán explicárselo cuando crezcan. Es el momento de explicarles también lo importante que es la gratitud. Y como en muchos otros casos, se enseña, con el ejemplo.
Guía Infantil | Estefanía Esteban