Mientras que los bebés terminan de adaptarse a su nuevo entorno, tienen algunos reflejos primitivos que con el paso del tiempo van desapareciendo. El reflejo de la marcha automática se da durante las primeras semanas de vida, e incluso se puede presentar desde el séptimo mes de gestación.
Este reflejo es producido como una respuesta desencadenada a un estímulo natural, y se manifiesta con el movimiento de las piernas como si quisieran caminar, especialmente cuando se les sostiene por las axilas en vertical sobre una superficie plana como la camilla o el suelo, al sentir el tacto en la planta de los pies, el pequeño va a flexionar y estirar las piernas como si saliera caminando.
Por lo general, este reflejo termina desapareciendo cerca de los tres o cuatro meses, y se considera uno de los primeros ejercicios de práctica para los verdaderos pasos, cuando el niño empiece a dar sus primeros pasos a través de caminadores o con la ayuda de sus padres.
Ahora bien, si el reflejo no desaparece después de pasado este tiempo, puede asociarse como una conducta patológica de consideración en el desarrollo y el crecimiento del bebé.