Ictericia es el nombre que recibe la coloración amarilla de la piel en algunos recién nacidos y sucede cuando el bebé presenta altos niveles de bilirrubina en la sangre.
La bilirrubina es el compuesto químico que se forma en el hígado, por la descomposición de los glóbulos rojos, formando un pigmento amarillento que se almacena en la besícula biliar. La acumulación excesiva de esta sustancia es la responsable de la coloración amarilla de la piel y la esclerótica de los ojos, ictericia.
Causas
Para iniciar, es importante recalcar que es normal que los bebés presenten un nivel alto de bilirrubina después del parto. Incluso, la mayoría presenta una tonalidad amarillenta de la piel durante los primeros 2 a 4 días de nacido y desparece al cabo de dos semanas, sin dejar alguna secuela o problema.
Durante el embarazo, es la placenta se encarga de deshacerse de la bilirrubina, y una vez el bebé nace, su hígado, al tratarse de un órgano inmaduro, tarda en realizar esta tarea con eficacia: se le conoce como ictericia fisiológica.
Otra causas causas pueden ser hemorragia interna, septicemia (infección en la sangre), incompatibilidad de la sangre de la madre con la del bebé, insuficiencia hepática y carencia de enzimas.
Ictericia grave: factores de riesgo
Diferentes agentes pueden ser los causantes de que la ictericia manifieste complicaciones, como el nacimiento prematuro, grupo sanguíneo, amamantamiento, raza, hematomas importantes durante el nacimiento y altos niveles de glóbulos rojos.
¿Cómo prevenirla?
Una alimentación adecuada es suficiente para reducir la ictericia. Los bebés deben ser alimentados de 8 a 12 veces al día durante los primeros días de vida.
Por otra parte, es recomendado realizar un monitoreo constante durante los primeros 5 días de nacido para así estar alerta ante cualquier síntoma y, por supuesto, evitar cualquier complicación.
