Los exámenes visuales son muy importantes sobre todo durante los primeros años de vida para corregir a tiempo cualquier complicación. Aunque los exámenes se realizan comúnmente durante las visitas de control con el pediatra, la pandemia generada por el coronavirus ha ocasionado que los ojos de nuestros pequeños se queden sin examinar.
La notable reducción a las visitas con los especialistas genera preocupación pues esto puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento de las afecciones oculares infantiles.
En una publicación hecha por la American Academy of Ophtalmology el Dr. Aaron M. Miller, oftalmólogo, explica, “Una visita de control al pediatra logra mucho más que solo el examen de la visión, puede evaluar la salud física, el desarrollo social y emocional hasta brindar protección a través de la inmunización. Es necesario que los padres asistan a todas las citas, incluso durante la pandemia del COVID-19”.
Por otra parte, de acuerdo con un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de cada diez niños, solo seis eran examinados por un profesional en salud visual.
Además se resaltó la preocupación al comprender que algunos niños, especialmente aquellos en los que las familias son de bajos recursos, tenían menos probabilidades de hacerse un examen de visión. De ellos, solo un 57% de los niños cuyos padres carecían de educación superior, el 59% de los niños que vivían muy por debajo del nivel federal de pobreza y el 59% de los niños hispanos, se habían sometido a un examen de visión.
Por el contrario, casi el 70% de los niños con padres con educación universitaria, el 67% de los niños que viven muy por encima del nivel de pobreza, el 65% de los niños blancos y el 63% de los niños afroamericanos habían sido examinados.
De otro lado, otra investigación publicada como “Estudio Multiétnico sobre Enfermedades Oculares Pediátricas”, encontró que los niños afroamericanos e hispanos tienen más probabilidades que los niños blancos de desarrollar algunas condiciones oculares como ambliopía o astigmatismo.
Recuerda que los exámenes son fundamentales para ayudar a los pequeños a detectar complicaciones que muchas veces ellos ni siquiera saben que existen, y que es clave hacerlo en una etapa temprana, mientras la visión aún se está desarrollando.
El tratamiento durante los primeros 7 años de vida en muchos casos, permite mejorar o corregir algunas condiciones visuales, sin embargo, cuando no se trata a tiempo, como ocurre en la mayoría de los casos, los problemas nos acompañarán hasta ser mayores.
Pediatras recomiendan asistir regularmente a controles o chequeos para detectar enfermedades oculares y para corregir a tiempo con ayuda de gafas, parches o actividades de estimulación.