Cuando en el argot de las familias hablamos de crianza, nos estamos refiriendo al acto de cuidar, alimentar y educar a nuestros hijos e hijas. Estas tres acciones implican una gran responsabilidad de cara a nuestros pequeños y se hace necesario tener conciencia de ello y saber cómo quiero cuidar a mi pequeño, cómo quiero alimentarlo y cómo quiero educarlo. Yo apuesto por educar desde el amor a los niños, porque la educación desde el afecto es mucho más efectiva.
La clave es educar desde el amor a los niños
Hoy en día existen diversos métodos que nos hablan de crianza, y además, dentro de cada familia se aplican variaciones. Es importante que como madres y padres reflexionemos sobre ello y tengamos bien claro qué queremos y cómo lo queremos. Pero para practicar algo, es necesario conocerlo antes y además creer en ello.
Con la paternidad y la maternidad ocurre algo muy curioso. Y es que se empieza a practicar a ser padre o madre una vez que ya se es padre o madre, es decir, es la única ‘profesión’ que empieza con la práctica más que con la teoría.
¿Pensáis que se educa mejor con un grito o con una palabra afectuosa? ¿Creéis que es mejor el castigo o una consecuencia razonable? Todo método educativo o de crianza debe partir del afecto. Y es que el afecto es uno de los componentes psicológicos más importante de nuestra vida, el afecto entendido como amor: el amor de una madre hacia su hijo, el amor de una pareja que te hace sentir más vivo que nunca o el amor a un amigo en momentos duros.
Yo creo firmemente que lo afectivo es efectivo. Y esta frase que, de mi amigo y gran maestro español, Manuel Andrades Cordero, tomo prestada con su permiso, debería ser un mantra que todos las madres y padres y por supuesto docentes, tendríamos que repetirnos en nuestro día a día.
Consejos para lograr una educación afectiva efectiva
Por eso, a continuación encontrarás algunos consejos que te ayudarán a conseguir un método educativo basado en el afecto. Son seis claves que resultan imprescindible a la hora de educar desde el amor a los niños.
1. Escucha a tu hijo desde la amabilidad y sin juzgarle
Déjale hablar con calma mientras te cuenta y mírale a los ojos en ese momento. Dedica tu atención a él o ella.
2. Permite que tu cerebro emocional conecte con su cerebro emocional
Empatiza con él, escucha su emoción y dala por válida.
3. Deja fluir tu niño o niña interior en situaciones que lo requieren
Conviértete en niño o niña en algún momento, disfrázate con él o ella, haz teatro a su lado, bailad juntos…
4. Educa con firmeza
La firmeza no es contraria al amor, ni los límites están reñidos al amor. Recuerda que un niño o niña necesita normas y requiere que tú se las des.
5. No uses el chantaje
La vida no se trata de eso, no enseñemos el método del chantaje que luego nuestros hijos podrán usar con sus amigos, con los propios padres o con su futura pareja.
6. Reflexiona sobre los castigos
Deja los castigos, y si no puedes evitarlo, reflexiona sobre si realmente sirven para que tu hijo o hija aprenda lo que en ese momento es necesario. Hay otras alternativas al castigo, te invito a que indagues en la disciplina positiva.
Recuerda poner afecto, recuerda poner amor en todo lo que haces. La vida sin amor no es nada.
Guía Infantil