Por lo general, los embarazos que llegan hasta las 40 semanas en realidad son menos de los que se cree. Pero, los ginecólogos y neonatólogos consideran normal a los nacimientos que ocurren desde la semana 37. Es decir, cuando la madre gestante entra al último mes de gestación y cuando el organismo del bebé está preparado para la vida fuera del vientre.
Sin embargo, respecto a este tema hay un asunto que preocupa a los especialistas. De acuerdo con la OMS, cada año nacen más de 13 millones de niños antes de término. Estas alarmantes cifras convierten a los nacimientos prematuros en un problema de salud pública, ya que nacer antes de las 40 semanas conlleva muchos riesgos para la salud del bebé e incluso puede causarle la muerte.
Aunque todavía no se han asociado las causas que están provocando este fenómeno, los médicos creen que es el resultado de varios factores que influyen en la vida moderna. Algunos de los factores de riesgo que provocan partos prematuros son: fecundación in vitro, embarazo múltiple, infecciones vaginales o urinarias y la edad y talla de la madre. También afecta el estilo de vida de la madre y su estado de salud incluso antes de la concepción.
Por otra parte, cuando se habla de nacimiento prematuro, generalmente se mencionan las consecuencias inmediatas en la salud del bebé. No obstante, este proceso también puede tener consecuencias nefastas sobre la madre si el útero no está listo para el nacimiento. En la mayoría de casos se recurre a la cesárea para evitar daños en el organismo de la madre.
El parto prematuro es prevenible
Los especialistas afirman que un parto adelantado se puede prevenir pero depende de la madre. De acuerdo a los cuidados y hábitos que tenga la mujer en su embarazo, las posibilidades aumentarán o disminuirán. Entre las recomendaciones más habituales para evitar un parto prematuro se encuentran las siguientes:
– Para tener un embarazo saludable, la futura madre debe tener excelentes hábitos y gozar de buena salud. Cuidar del organismo, tratar enfermedades y mantener una nutrición balanceada previene complicaciones tanto para ella como para su bebé.
– Es posible conocer la probabilidad de tener un parto prematuro. Para ello, los médicos realizan un análisis en el que miden la fibronectina, una sustancia que fija el saco fetal a las paredes del útero. Esto se lleva a cabo en mujeres con embarazos de alto riesgo para evitar el nacimiento del bebé antes de que esté preparado.
– También se puede saber si una mujer puede tener un parto adelantado, si se examina la longitud del cuello del útero. En las mujeres con el cuello del útero más corto o que presentan acortamiento durante las últimas semanas de embarazo, las posibilidades aumentan.
Se debe tener en cuenta que si una mujer entra en trabajo de parto, los especialistas decidirán detenerlo o no según la semana de gestación. Si la labor de parto sucede después de la semana 34, los médicos no frenan el proceso ya que el bebé tiene su organismo preparado para la vida. Sin embargo, si es el caso contrario, lo usual es que recomienden reposo en cama hasta el final del embarazo y receten un tratamiento con fármacos que no afecten al bebé.