La mayoría de las mujeres embarazadas aseguran adquirir una sensibilidad mayor hacia los olores, especialmente los olores desagradables. Este fenómeno, conocido clìnicamente como hiperosmia se presenta generalmente en el primer trimestre de la gestación, llegando incluso a considerarse uno de los primeros síntomas del embarazo.
Los aromas que antes te resultaban agradables pueden llegar a ser intolerables, como algunos perfumes, alimentos, ambientadores aromatizantes, etc. Sin mencionar, los olores que ya de por sí son desagradables.
Este fenómeno se debe a la concentración de la hormona progesterona durante las primeras 12 semanas, una vez superado este tiempo, la sensibilidad empieza a disminuir progresivamente.
Sin embargo, si los olores llegan a provocar náuseas, o incluso vómitos, puedes tener en cuenta las siguientes recomendaciones.
- Respira por la boca cuando empieces a sentir olores desagradables.
- Evita entrar a lugares cuyo ambiente desprenda aromas fuertes, como algunos almacenes, carnicerías, pescaderías, tiendas de cosméticos y perfumes.
- Bebe mucha agua
- Puedes mantener jengibre en casa, ya que se dice que ayuda a neutralizar los olores fuertes y evita las nàuseas.
Otras alteraciones en el embarazo
Aunque con frecuencia se presenta la sensibilidad frente a los olores fuertes, hay madres que sufren justamente todo lo contrario: Disminusiòn o pérdida del olfato, conocido también como anosmia. Generalmente, la anosmia se manifiesta aompañada de congestiòn nasal frecuente y rinitis.
Muy pocas mujeres han llegado, incluso, a percibir olores fantasma. Los describen como una sensaciòn repentina y molesta que solamente perciben ellas.
Sin embargo, después del alumbramiento, puedes tener por seguro que este fenómeno, sea el que sea, va a desaparecer.
