Estudio sostiene que el crecimiento del feto puede verse afectado si durante la gestación la mujer permanece mucho tiempo de pie. Por el contrario, un trabajo intenso no se asocia con restricciones en el tamaño o el peso al nacer ni con nacimientos prematuros.
Las mujeres que pasan largos periodos de pie durante su embarazo tienen bebés cuyas cabezas al nacer son un centímetro (3%) más pequeñas que la media, lo que implica una tasa de crecimiento más lento.
Esta es una de las conclusiones de un trabajo liderado por investigadores de Rotterdam (Países Bajos) y publicado on line en la revista Occupational and Environmental Medicine.
Investigaciones anteriores ya sugerían que trabajar muchas horas puede aumentar el riesgo de defectos congénitos, nacimientos prematuros, muerte fetal y bajo peso al nacer.
Los nuevos resultados indican que los bebés nacidos de las mujeres que trabajaban más de 40 horas tenían una circunferencia de cabeza un centímetro menor y un peso más bajo (entre 148 y 198 gramos) que los hijos de mujeres con menos de 25 horas semanales de ocupación laboral.
Estas diferencias fueron evidentes durante los últimos tres meses de embarazo.
Los riesgos de trabajar
Sin embargo, el trabajo físicamente exigente no se asocia con restricciones en el tamaño o peso al nacer ni con nacimientos prematuros. Es más, según los autores, trabajar hasta las 34 o 36 semanas de embarazo no tiene ningún impacto adverso sobre el desarrollo fetal.
“En general, las mujeres que trabajan tienen menos complicaciones durante el embarazo, defectos congénitos y muertes al nacer que las mujeres que no tienen empleo, pero que no es posible acabar con el riesgo que suponen algunos aspectos del trabajo”,
concluyen los autores.