10 ideas para que tu hijo coma saludable

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Comer bien les da a los niños la energía que necesitan para crecer sanos y fuertes. Además, les ayudará a mantener un peso saludable y establecer hábitos alimenticios beneficiosos para toda su vida. A continuación algunas formas de hacer que los alimentos nutritivos sean lo que tu hijo prefiera comer:

Crea un buen ambiente en la comida

El ambiente influye mucho en el apetito. Con una buena atmósfera se consigue que el niño asocie comer con algo agradable. Esta relación positiva se quedará en su memoria y con el tiempo será capaz de disfrutar de este momento. Asegúrate de que cuando el niño coma el ambiente esté relajado, aleja del niño los celulares, la televisión o elementos que lo puedan distraer.

No fuerces al niño a comer de todo

Igual que no puedes forzar a un niño a dormir, tampoco es bueno obligarle a comer. Empieza con apetito y se detiene cuando llega a la sensación de saciedad (incluso después de unos bocados). Si le obligas a comer más, se le alterará esa sensación de saciedad, lo que puede conducir a una futura obesidad. Además, si tiene un temperamento fuerte puede acabar vomitando. El truco de pesar al niño antes y después de aplicar el método de no insistir durante varias semanas ayuda a saber si está creciendo bien.

Come con él o en familia

Desde el primer año de vida los niños aprenden a base de imitación. Ver hacer algo a sus padres los anima a imitar su conducta. Por lo tanto, comer en compañía de los padres, mientras él también lo hace, es un aliciente estupendo para el niño con poco apetito. Esta es la razón por la que muchos niños comen mejor en el comedor de la guardería o del colegio que en casa.

Dale raciones de comida pequeñas

Es un buen truco. Así el niño decide repetir y esto lo refuerza en su sensación del “yo”, algo muy importante en esta etapa en la que necesita afianzar su personalidad. Muchos roces entre padres e hijos se deben a esto: la madre (o el padre) quiere imponer su criterio y el niño el suyo. Es una lucha perdida y la comida se convierte en un campo de batalla. Debes tener en cuenta que es importantísimo no entrar en esta lucha. Por ello, ponle muy poca cantidad de comida en su plato y después espera a que quiera repetir.

Evita que esté cansado al comer

Evitar que el niño llegue a la hora de cenar con cansancio y sueño es importante, ya que este factor suele interferir en su apetito. La mayoría de los niños comen peor cuando están agotados y con sueño (aunque en ocasiones, a una minoría les da por comer más cuando están muy cansados).

Anímale a comer con juegos

Es mejor que el niño coma conscientemente, por eso no es bueno distraerle con la televisión o con el celular. Sin embargo, el truco de jugar (hacer el avión con la cuchara, por ejemplo) puede quitar tensión, siempre que ese juego se centre en lo que come. El momento de la comida debe ser placentero. El buen humor da apetito y el malo lo quita.

Camufla alimentos que no le gustan

Mezclar las verduras con otros alimentos ayuda a que se familiarice con ellas, pero es mejor hacerlo solo por un tiempo. Ve  quitando poco a poco el alimento que varía su gusto para que conozca el auténtico sabor. Puedes darle pocas cucharadas al principio e ir aumentando.

Sustituye algunos alimentos

No hay alimentos imprescindibles. Mientras que el niño coma algo de cada grupo alimenticio, no hay problema. Además, hay que tener presente que los gustos del niño aún no están determinados, irán cambiando, a veces de un día para otro, o a lo largo de su infancia.

Si no le gusta probar alimentos nuevos…

Muchos niños rechazan lo desconocido sin probarlo; es lo que llamamos neofobia, una reminiscencia de nuestros antepasados que temían lo  desconocido por miedo a que fuera venenoso. A los niños les gusta lo conocido, por eso piden siempre el mismo cuento o seguir la misma ruta al colegio. Pero también les intriga lo nuevo (neofilia) y con el tiempo ese interés acaba ganando a la resistencia.

Prepara con tu hijo la comida

Está comprobado que ayudar en la preparación de la comida como un juego les abre el apetito. Seguramente se debe al elemento lúdico, que es su manera natural de aprender. Así que déjalos poner los tomates en la ensalada o alcanzar ingredientes mientras cocinas.

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