Por: Redacción Pediatría y Familia
El miedo es una reacción normal de los niños ante situaciones que generan ansiedad ellos, como por ejemplo ir a la escuela, dormir solo o estar a oscuras. Uno de los miedos más comunes es a la oscuridad, según estadísticas 1 de cada 3 niños de entre los 3 y 5 años la teme.
El miedo a dormir solo está asociado al miedo a la oscuridad y es evolutivo, pero no significa que pueda dejarse a un lado, por el contrario puedes ayudarlos a controlarlo y evitarlo, así la llegada de la noche se convertirá en el mejor tiempo descanso y no en un momento de preocupación.
Algunas medidas que puedes tomar para ayudarlos son:
Puedes proponerle juegos en los que deban vendarse los ojos como la gallinita ciega, ponerle la cola al burro y reventar una piñata. De esta manera, los niños podrán interactuar con el mundo sin necesidad de ver. Además, les ayudará a comprender de forma gradual que no hay problemas al estar sin luz.
Puedes dejar una luz muy tenue que no ilumine demasiado la habitación pero que si le dé un poco de claridad. Puedes recurrir a lámparas o apliques puestos en la pared.
Si tu hijo se despierta y llora no enciendas la luz enseguida, esto les ratificará la idea de que la luz es necesaria, lo mejor es calmarlos primero y luego si encender la luz principal.
Las rutinas que contribuyen al buen dormir de los niños. Enséñales a realizar hábitos antes de irte a dormir que puede iniciar con un baño y luego con un biberón o un vaso de leche y un cuento, así conciliarán más rápido el sueño.
Los niños suelen asustarse con lugares específicos de la casa, ante esto puedes ir con ellos hasta estas zonas y comprobar que no se oculta nada extraño. Los lugares más comunes son debajo de la cama, el interior del armario y los huecos detrás de las puertas.
Si tu hijo tiene le tiene miedo a la oscuridad debes evitar que vea películas o programas de terror.
Cada vez que tu hijo muestre un avance en la superación del miedo a la oscuridad, felicítalo así se sentirán motivados.