La ambliopía es la disminución de la capacidad que el ojo tiene para diferenciar los detalles de los objetos, haciendo que en este sentido el niño pierda la agudeza visual. Es posible que el ojo perezoso no se manifieste con signos externos, pues los niños pueden aprender a ver diferente y se acostumbran a la mala visión desde incluso recién nacidos, lo que hace difícil su identificación.
Reconocer algunas señales que esta alteración presenta es fundamental para los padres. Entrecerrar los ojos, inclinar la cabeza o cerrar un ojo para ver, tener un ojo desviado hacia afuera o hacia adentro y dolores de cabeza son algunos de los signos de alarma. Si su hijo presenta alguno, acuda de inmediato al médico oftalmólogo. No requiere exámenes complejos ni especializados, de manera que basta con una revisión rutinaria de los ojos por parte del oftalmólogo.
Estas revisiones a temprana edad son claves para que la ambliopía sea tratada adecuadamente y que las posibilidades de curación sean muy altas. Tenga en cuenta que los niños que son tratados antes de los 5 años recobran exitosamente su visión. Después de los 10 años, solo se puede esperar una recuperación parcial.
Comúnmente el tratamiento depende de la causa que genera la ambliopía, por eso existen diferentes opciones: lentes de contacto, gafas, gotas oftálmicas y quizá uno de los más conocidos y efectivos, el uso del parche acompañado de ejercicios visuales que pueden contribuir con el éxito del mismo.
A continuación podrá encontrar algunos consejos que la Asociación Colombiana De Glaucoma recomienda para manejar el cuidado de su hijo en casa y además contribuir con un tratamiento exitoso:
- Si su hijo(a) debe usar parche, es clave que le explique por qué es importante usarlo y que el tratamiento no durará toda la vida, razón por la cual debe hacerse completo.
- Habrán momentos en los que su hijo no quiera usar el parche, sea paciente pues no es fácil verse o sentirse diferente ante sus compañeros y familiares. Si solo debe usarlo unas horas, puede hacerlo solo en la casa. El apoyo y acompañamiento son fundamentales.
- Realicen juntos ejercicios para fortalecer la visión. Jueguen a ver de lejos, descubrir objetos en el horizonte, observar a media distancia y de cerca, de esta manera el ojo aprenderá a identificar todas las distancias. También a mover los ojos sin girar la cabeza, taparse un ojo y luego el otro y guiñarlos alternativamente.
- Es importante revisar que los pequeños tengan la luz necesaria en casa para realizar sus actividades.
El éxito del tratamiento también depende de tomar la situación con tranquilidad y normalidad ya que el niño puede sentirse extraño y generar incluso sentimientos negativos como consecuencia de una baja autoestima.